Programación Neuro-Lingüística

PNL es una actitud
PNL es una metodología.
PNL es una tecnología,
con resultados sorprendentes.
¡¡BIENVENIDOS!!

miércoles, 29 de diciembre de 2010

NUEVAS METAS Y PROPÒSITOS PARA EL AÑO NUEVO USANDO PNL



Cada fin de año suele pasar lo mismo, un cúmulo de metas, ideas, propósitos, etc, que a veces se quedan en eso y otras, en el mejor de  los casos escritas en un trozo de papel; pero van pasando los meses y resulta que nuevamente nos encontramos metidos en la vorágine diaria del trabajo, obligaciones, actividades múltiples… pero es cuando empezamos a realizar la primera evaluación personal después de los deseos de cambio y avance personal que se hicieron aprovechando el comienzo de año. Es entonces cuando entramos mientras va avanzando el año que  las ilusiones se han frustrado, y nos topamos con  la impotencia al ver que no hemos dado prácticamente ni un paso hacia el objetivo propuesto, de la debilitación de la esperanza en nuestra capacidad para “cambiar”.
Empezar un nuevo año como si fuera cualquier cosa, es una torpeza, un nuevo año es un regalo demasiado grande para echarlo a perder.
¿Alguna vez has sentido en lo más hondo de tu ser ese deseo profundo y enorme de mejorar o de cambiar?
El año nuevo es una oportunidad más para convertir la vida, el  hogar, el trabajo en algo distinto. Comienza un nuevo año y con EL, un mundo de oportunidades, se abre ante nosotros. El momento es propicio  para reflexionar internamente sobre experiencias pasadas, situaciones presentes y el porvenir. Para aprender del pasado, disfrutar el presente y construir un futuro mejor.
Algunos errores que cometemos al empezar a establecer metas:
1-  Establecer objetivos de forma genérica sin concretar el resultado final
2 – No establecer un tiempo límite para lograrlo
3 – Preocuparse por cómo conseguir las cosas mientras se establecen las metas.
4 – Plantearnos deseos que están por encima de nuestras creencias.
Pasos básicos para lograr las metas
Una meta debe ser:
CONCRETA. Uno de los grandes errores que se cometen al planificar una meta personal es que no esté bien definida. Se tienen una serie de buenas intenciones pero no se sabe exactamente qué se quiere conseguir. Una meta no puede ser vaga. Por ejemplo, no puedes proponerte “ser más organizado”, durante este año. Tendrías que analizar qué áreas de tu vida, trabajo o lo que sea crees que necesita ser organizada y concretar en qué cosas (mi lugar de estudio, mi agenda de trabajo, etc.). Pero además, una meta debe ser:
MEDIBLE. Debe estar concretada hasta el punto de poder medir si las has cumplido o no, así como medir el avance que vayas teniendo conforme te acercas a ella. Siguiendo el ejemplo anterior deberías preguntarte: ¿cómo sabré que he conseguido tener mi lugar de estudio más organizado? ¿cómo sabré que mi agenda de trabajo o de estudio está bien organizada? Y aquí deberías cuantificar los potenciales resultados, p.ej.: 1. Estar realizando un planning de trabajo, diario, semanal…, 2. Tener los libros colocados en su correspondiente estantería, 3. Tener siempre la mesa despejada con sólo las cosas que esté utilizando en ese momento, 4. Tener un sistema de archivo, etc.
CON TIEMPOS DEFINIDOS. Y en tercer lugar, y muy unida a las dos condiciones anteriores, está el que el resultado medible que te has marcado tenga una fecha final de consecución. “Debo de ver que he conseguido esta meta concreta y que podré medir así: XXX a fecha de 30 de junio, p.ej.”. Ésta es la cara del marcar los tiempo que tiene que ver con definir cuándo piensas conseguirla.
Finalmente, con otro ejemplo intentaré dejar completamente clara la diferencia entre una meta bien y mal planteada en cuanto a estos tres requisitos: concreta, medible y con tiempos definidos. Piensa en el clásico objetivo de final de año como suele ser el “perder peso”. Si una de tus metas para este año es: perder peso, tengo que darte la noticia de que muy probablemente no la verás realizada. Sin embargo, si te la planteas así seguramente tendrás algunas opciones más: Perder 5 kilos de peso dentro de tres meses, y esto conlleva haber perdido A Kg. en el primero y B Kg. en el segundo. Esta meta es concreta, medible y está temporalizada. El compromiso contigo mismo es mayor, el camino está más trazado y tienes pequeñas metas intermedias que te animarán a seguir en el buen camino que estarás llevando.
REALISTAS. Una meta debe ser realista en el sentido de que esté bajo tu control (entendiendo que en esta vida nunca podremos tener todo bajo control, claro). No puedes plantearte conseguir cosas que obedezcan a sueños que bien por falta de capacidades personales, por falta de accesibilidad a ciertos recursos, por problemas en la coyuntura externa o por marcar un tiempo poco realista, no esté en tus manos el hacer todo lo necesario para conseguirlas. Por ejemplo, sería una meta incorrecta que un técnico de una empresa cualquiera aspirara a ser director general en dos años. Ni el tiempo, ni la formación, ni los recursos, seguramente, acompañarían para cumplir esta meta en el tiempo previsto. Pero seguramente, con un tiempo más realista y preparando bien cada paso laboral, formativo y demás sería más accesible.
MOTIVADORAS. Una meta tiene que ser siempre un reto. No podemos tampoco ser demasiado hiperrealistas. Tu límite, como mínimo, tiene que ser el límite de lo que ya sabes que puedes conseguir. Y a partir de ahí proponerte un paso más. Si te fijas en muchas personas que podrías calificar de felices y satisfechas con su vida personal, laboral, etc., verás como suelen vivir buscando superarse un poco cada día. Les atrae avanzar consiguiendo nuevas cosas.
ECOLÓGICAS. Una meta debe ser coherente contigo mismo, con tu misión de vida, con tus valores personales, no contradictoria con otras metas, y en armonía con el entorno en el que has decidido vivir (familiar, amistades, etc.). Si te has propuesto como meta aumentar tu nivel de ventas pero el camino tiene que ver con emplear un tiempo del que no dispones quitándoselo a tu familia (suponiendo que ésta sea un valor importante para ti), difícilmente lo conseguirás. Y de ser así la sensación de bienestar será tan efímera a causa de tu disfunción interna entre valores (trabajo, familia, economía…) que nunca te va a compensar.
POR ESCRITO. Pocas son las personas que viven su vida conforme a unos proyectos establecidos por ellas mismas, pero menos aún aquellas que plasman sus objetivos, así como el camino a recorrer (plan de acción), por escrito. El escribir nuestros compromisos con nosotros mismos tiene una fuerza arrolladora. Si hay algo que es clave para vivir una vida exitosa es la capacidad para liderarse a uno mismo. Muy pocos saben ser constantes en sus compromisos si no tienen alguien detrás que les supervise. Para llegar a un nivel alto de autosupervisión, el ideal que todos deberíamos perseguir, puede ayudar mucho dejarte supervisar por tus compromisos escritos. Es más, el poder revisar tus metas y el plan de acción que has preparado con ellas por escrito de forma periódica te ayuda también a no perder el enfoque, la dirección, tan fácilmente.
EN POSITIVO. Tus metas deben estar redactadas en positivo. ¿Qué quiere decir? Pues que no es un buen planteamiento el definir tu meta como: “no ser tan grosero”, “no ser tan desorganizado”, “no equivocarme tanto a la hora de gestionar tal o cual tarea”, etc. El enfoque positivo siempre ayuda a pensar hacia adelante. “Voy a ser más amable”, “voy a mejorar mi nivel de organización personal” ,etc. (sin olvidar que ya hablamos de que deben ser más concretas, por supuesto).
Además, a nivel inconsciente, la ayuda que te proporcionas pensando en positivo puede ser considerable. Según parece el inconsciente no entiende la palabra “no” –la negación de un concepto-, sólo capta los conceptos en sí. Por tanto, si tú te repites continuamente: “no voy a ser desorganizado” sigues machacando tu subconsciente con la palabra “desorganizado” (y esa influencia no es nada positiva en cuanto a tu credibilidad en tus posibilidades. Un ejemplo simpático (como siempre con el riesgo de ser demasiado simplista) te ayudará a entender esto. Imagina a alguien subido a una silla mientras hace un arreglo en una bombilla en el techo. La persona está tranquila, pero tú, con toda la buena intención, le dices: “ten cuidado no te vayas a caer”. Tu buena intención en más de un caso lo que hará es que la persona, aún sin estar pensando que se va a caer, empiece a estar más inseguro sobre la silla. Su inconsciente ha empezado a trabajar con las palabras “cuidado”, “caer”, etc.
En este sentido, si quieres ayudar a tu subconsciente, será mucho más efectivo si planteas tus metas como si ya las hubieras cumplido. Llega el nuevo año y te planteas tu meta diciendo: “Soy amable con los que me rodean, y esto es así porque lo demuestro actuando así y así y así (y haces una lista de situaciones cotidianas concretas), o “soy una persona organizada, pues mi organizo mi día, mi vida, etc, así y así y así”. Conectas tu meta en positivo con tu plan de acción. Esto, además de ayudarte aumentará tu motivación porque sabes que si vives como has definido estarás confirmando que tu cambio ha sido real. Estarás disfrutando desde el primer día cada paso que des en dirección a tu meta porque simplemente será “confirmar quien has decidido ser”.
IMAGÍNALAS a través de la visualización. Por último animarte también a que tengas momentos en los que te imagines viviendo con esa/s metas cumplidas. Este es un ejercicio muy útil para mantenerte continuamente en un nivel alto de motivación. Hazlo periódicamente. Piensa durante unos minutos cómo sería tu vida habiendo conseguido aquello por lo que te estás esforzando, ¿qué emociones experimentarías?, revívelas, ¿cómo reaccionarían las personas que están contigo?, incluso piensa con todos tus sentidos, imagina uno de esos momentos y piensa en qué verías, qué olerías, etc. Y pregúntate también: ¿cuál es el “objetivo” del objetivo, de la meta? (o sea, ¿qué necesidad cubrirá?, ¿qué carencia suplirá?, ¿qué me va a aportar realmente el conseguir esto?, ¿por qué me hace ilusión?, etc.)
Si haces esto a la vez que estás trabajando en tu plan de acción, el empuje para seguir y la creatividad que generarás en ti en cuanto a buscar nuevas alternativas para avanzar más rápido o sortear problemas será impresionante. Eso sí, si solo son sueños que no van acompañados de trabajo diario te alejarás más de la realidad, y te convertirás en un soñador vacío.
Finalmente, para no cansarte más quiero agradecerte por haber compartido conmigo estos meses, por haber leído los artículos que con tanto aprecio he escrito para ti con el propósito de que te sirvan en la labor de ser padre, madre, hijo, etc…. Y mi compromiso de este nuevo año acompañarte con nuevos, interesantes y prácticos temas que espero los disfrutes.

Para este nuevo año  deseo para ti:

Un poco de amnesia para olvidar los rencores, tristezas y malos momentos.
Fortaleza y sabiduría para poder afrontar los problemas y aprender de ellos.
Mucho tiempo para disfrutar en familia, para los amigos, para tí.
Salud para poder realizar todo lo que te propongas.

FELIZ 2011!!!!

Con cariño
Elizabeth

No hay comentarios:

Publicar un comentario