Programación Neuro-Lingüística

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jueves, 9 de diciembre de 2010

ESTRATEGIAS DE PNL PARA NEGOCIAR CON LOS HIJOS


Una de las mayores dificultades con la que los padres nos encontramos cuando nuestros hijos crecen, es la manera de comunicarnos con ellos, sabemos que muchas veces los consejos, las palabras, las órdenes, las peticiones que les damos no hacen eco en ellos. Y en ocasiones hasta pueden generar “rechazo” A nadie le gusta el rechazo. El rechazo te puede generar inseguridad, miedo, baja autoestima y estas son barreras para una comunicación eficaz. Es importante que sepas manejar el rechazo en el sentido de que no te afecte, no es contra tu persona el rechazo. Recuerda, es parte de la edad, del crecer y tratar de mostrarse como una personita autónoma e independiente.
Lo primero que tienes que hacer para lograr una comunicación eficaz con tu hijo es “observarlo” y darte cuenta si tu hijo es visual, auditivo o kinestésico para poderlo acompasar y crear un ambiente de confianza y seguridad.
Ahora vamos a hablar del lenguaje. Las palabras que usemos pueden ayudar a construir esta relación o la pueden derribar. Un padre inflexible, intolerante y totalmente enfocado en lo suyo puede fácilmente tirar por la ventana la comunicación con su hijo. Y el lenguaje es responsable de atraerlo o alejarlo.
Vamos a ver las palabras que crean resistencia, las que destruyen. Voy a enseñarte a preguntar antes de ofrecer, pedir, ordenar  y también a aplicar la estrategia de Robbins llamada “marco de transigencia” y finalmente a usar los dos hemisferios cerebrales en una negociación y sus beneficios.
Palabras que crean resistencia: ciertamente, indiscutiblemente, siempre, nunca, absurdo, todos (as), nada, nadie, absolutamente, son palabras que no ofrecen opción ni alternativa, son palabras definitivas. De manera que si yo como padre las uso contra la opinión de mi hijo pues le estoy dando con el mazo en la cabeza y forzando la conversación por mi manera de usar las palabras. Porque “todos” son “todos” y “siempre” es “siempre”. Y realmente hay muchas formas de ver las cosas y formas de plantearlas. Es mejor utilizar frases como: “en algunas ocasiones”, “algunos amigos”, da una sensación de flexibilidad y apertura a más diálogo.
La otra palabra altamente destructiva es el “pero”. Cómo nos sentimos cuando nos dicen: “es verdad, pero…”, “tiene usted razón, pero…” en realidad lo que esto quiere decir es que no es verdad y que no tengo razón. Te estás oponiendo abiertamente a su opinión y en la comunicación eso no es lo que quieres hacer porque creas resistencia, acuérdate no es un encuentro de box.
Es mucho mejor estar de acuerdo con tu hijo en lo que dice y acompasarlo y empatizar con él. Pero también puedes ofrecer tu opinión para que vea un panorama más amplio como: “es verdad lo que tu dices y permíteme añadir…”, “tienes razón en eso y además hay que tomar en cuenta…” De esta manera estamos añadiendo más información a la que ya tiene nuestro hijo en vez de descalificarla o eliminarla con el “pero”. Si estás de acuerdo con tu hijo, él se va a relacionar contigo en forma positiva y así comienza la confianza. Si tu hijo confía en ti será un mejor escucha y te dedicará el tiempo que necesites para conocer lo que le ofreces, lo que le pides o le que quisieras que él haga.
Otro consejo para negociar consiste en evitar suponer cómo es tu hijo y qué necesita, es cierto tú lo conoces, pero recuerda que está creciendo y ha cambiado, posiblemente debes nuevamente tomarte el tiempo para reencontrarte con él, descubrirlo, RECONOCERLO. Antes de lanzar todos tus argumentos, averigua la posición de tu hijo. Para averiguar haz preguntas, que además crean empatía.  Veamos algunos ejemplos con situaciones cotidianas, supongamos que se trata del uso de su celular, averigua para qué lo usaría mayormente. No supongas que es para estar en contacto con la familia o con sus amigos, cuando puede ser que en realidad lo que quiere es escuchar la música que en él ha guardado.  Si se trata de un computador, pues averigua cuáles son sus mayores necesidades, en qué lo usaría y así puedes ofrecerle el que más le convenga, puede ser una laptop, una netbook o un computador de escritorio…. De esta manera tu hijo se da cuenta que estás en realidad interesado en su bienestar y en que tome buenas decisiones.
Durante una conversación o negociación, sobre todo con un tema que se ha tornado difícil y para el cual en ocasiones los adolescentes no ofrecen mucha apertura o asumen una posición  un tanto negativa, puedes utilizar la estrategia del “marco de transigencia”, llamada así por Anthony Robbins, experto en PNL, y aunque él lo utiliza o lo aplica en las ventas, sirve muy bien para el caso de negociar con nuestros hijos, pues al fin y al cabo lo que estamos tratando de hacer es “venderle nuestra idea”…. Él dice que no hay clientes resistentes sino vendedores inflexibles. Si el cliente es difícil u ofrece mucha resistencia te recomiendo usar esta estrategia. La estrategia consiste en incluir tres frases en diferentes momentos y estas son: “lo aprecio y…”, “lo respeto y…” y “lo admito y…”.
Estas frases se usan exactamente para no crear conflicto, y abrir una puerta de posibilidades. Una opinión por supuesto puede ser apreciada, respetada y admitida. Hay que recordar que todos somos diferentes personalidades y filtramos el mundo en forma diferente. En vez de pelear o rebatir, es mejor estar de acuerdo y añadir la información que uno tenga que pueda ser de interés para el joven. Si usas estas frases con adolescentes resistentes verás que al final saldrán muy contentos por el trato que les diste, ellos fueron a pelear y salieron contentos.
Otro detalle que hay que tomar en cuenta es el uso de los dos hemisferios en una negociación o en un conflicto. El derecho y el izquierdo. El lado izquierdo se dedica a lo serio, a los números, lo lógico, lo intelectual, es la parte razonadora que analiza las diferentes situaciones. El trabajo del hemisferio izquierdo es filtrar la información, examinarla, verificarla y es el que pone obstáculos, y también es el que previene posibles problemas. En las negociaciones es importante usar el hemisferio izquierdo porque allí está gran parte de la información que deberá ser filtrada y analizada por tu hijo. Por otro lado también es bueno hacer uso del hemisferio derecho que es el creativo, intuitivo, emocional, juguetón, el que hace chistes. Al hablar con tu hijo aunque sea una situación tensa, es bueno ser formal  (hemisferio izquierdo) y también es bueno ser creativo y hacer algún chiste para romper el hielo (hemisferio derecho) y crear con mayor facilidad una apertura y acercamiento. El hemisferio derecho te sirve para intuir cómo está en ese momento tu hijo, explorar en una forma relajada sus necesidades.
Usar los dos hemisferios te va a dar un mejor equilibrio en tu comunicación y en tu personalidad. Lo importante es no ser totalmente rígido y razonador y tampoco un relajo andante, sino de crear un balance en tu discurso y darás una impresión de mayor flexibilidad de tu parte hacia tu hijo.
Estos consejos que en ocasiones son un tanto complicados de aplicarlos solo empezarán a surtir efecto cuando TU empieces a cambiar tu marco de referencia, y a abrirte a estas nuevas posibilidades.
Espero que sean de utilidad y los aproveches, mi interés es que juntos padres e hijos vayan avanzando acompasadamente en este camino de crecer…
Con afecto,

Elizabeth Montenegro G.

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