Programación Neuro-Lingüística

PNL es una actitud
PNL es una metodología.
PNL es una tecnología,
con resultados sorprendentes.
¡¡BIENVENIDOS!!

miércoles, 29 de diciembre de 2010

NUEVAS METAS Y PROPÒSITOS PARA EL AÑO NUEVO USANDO PNL



Cada fin de año suele pasar lo mismo, un cúmulo de metas, ideas, propósitos, etc, que a veces se quedan en eso y otras, en el mejor de  los casos escritas en un trozo de papel; pero van pasando los meses y resulta que nuevamente nos encontramos metidos en la vorágine diaria del trabajo, obligaciones, actividades múltiples… pero es cuando empezamos a realizar la primera evaluación personal después de los deseos de cambio y avance personal que se hicieron aprovechando el comienzo de año. Es entonces cuando entramos mientras va avanzando el año que  las ilusiones se han frustrado, y nos topamos con  la impotencia al ver que no hemos dado prácticamente ni un paso hacia el objetivo propuesto, de la debilitación de la esperanza en nuestra capacidad para “cambiar”.
Empezar un nuevo año como si fuera cualquier cosa, es una torpeza, un nuevo año es un regalo demasiado grande para echarlo a perder.
¿Alguna vez has sentido en lo más hondo de tu ser ese deseo profundo y enorme de mejorar o de cambiar?
El año nuevo es una oportunidad más para convertir la vida, el  hogar, el trabajo en algo distinto. Comienza un nuevo año y con EL, un mundo de oportunidades, se abre ante nosotros. El momento es propicio  para reflexionar internamente sobre experiencias pasadas, situaciones presentes y el porvenir. Para aprender del pasado, disfrutar el presente y construir un futuro mejor.
Algunos errores que cometemos al empezar a establecer metas:
1-  Establecer objetivos de forma genérica sin concretar el resultado final
2 – No establecer un tiempo límite para lograrlo
3 – Preocuparse por cómo conseguir las cosas mientras se establecen las metas.
4 – Plantearnos deseos que están por encima de nuestras creencias.
Pasos básicos para lograr las metas
Una meta debe ser:
CONCRETA. Uno de los grandes errores que se cometen al planificar una meta personal es que no esté bien definida. Se tienen una serie de buenas intenciones pero no se sabe exactamente qué se quiere conseguir. Una meta no puede ser vaga. Por ejemplo, no puedes proponerte “ser más organizado”, durante este año. Tendrías que analizar qué áreas de tu vida, trabajo o lo que sea crees que necesita ser organizada y concretar en qué cosas (mi lugar de estudio, mi agenda de trabajo, etc.). Pero además, una meta debe ser:
MEDIBLE. Debe estar concretada hasta el punto de poder medir si las has cumplido o no, así como medir el avance que vayas teniendo conforme te acercas a ella. Siguiendo el ejemplo anterior deberías preguntarte: ¿cómo sabré que he conseguido tener mi lugar de estudio más organizado? ¿cómo sabré que mi agenda de trabajo o de estudio está bien organizada? Y aquí deberías cuantificar los potenciales resultados, p.ej.: 1. Estar realizando un planning de trabajo, diario, semanal…, 2. Tener los libros colocados en su correspondiente estantería, 3. Tener siempre la mesa despejada con sólo las cosas que esté utilizando en ese momento, 4. Tener un sistema de archivo, etc.
CON TIEMPOS DEFINIDOS. Y en tercer lugar, y muy unida a las dos condiciones anteriores, está el que el resultado medible que te has marcado tenga una fecha final de consecución. “Debo de ver que he conseguido esta meta concreta y que podré medir así: XXX a fecha de 30 de junio, p.ej.”. Ésta es la cara del marcar los tiempo que tiene que ver con definir cuándo piensas conseguirla.
Finalmente, con otro ejemplo intentaré dejar completamente clara la diferencia entre una meta bien y mal planteada en cuanto a estos tres requisitos: concreta, medible y con tiempos definidos. Piensa en el clásico objetivo de final de año como suele ser el “perder peso”. Si una de tus metas para este año es: perder peso, tengo que darte la noticia de que muy probablemente no la verás realizada. Sin embargo, si te la planteas así seguramente tendrás algunas opciones más: Perder 5 kilos de peso dentro de tres meses, y esto conlleva haber perdido A Kg. en el primero y B Kg. en el segundo. Esta meta es concreta, medible y está temporalizada. El compromiso contigo mismo es mayor, el camino está más trazado y tienes pequeñas metas intermedias que te animarán a seguir en el buen camino que estarás llevando.
REALISTAS. Una meta debe ser realista en el sentido de que esté bajo tu control (entendiendo que en esta vida nunca podremos tener todo bajo control, claro). No puedes plantearte conseguir cosas que obedezcan a sueños que bien por falta de capacidades personales, por falta de accesibilidad a ciertos recursos, por problemas en la coyuntura externa o por marcar un tiempo poco realista, no esté en tus manos el hacer todo lo necesario para conseguirlas. Por ejemplo, sería una meta incorrecta que un técnico de una empresa cualquiera aspirara a ser director general en dos años. Ni el tiempo, ni la formación, ni los recursos, seguramente, acompañarían para cumplir esta meta en el tiempo previsto. Pero seguramente, con un tiempo más realista y preparando bien cada paso laboral, formativo y demás sería más accesible.
MOTIVADORAS. Una meta tiene que ser siempre un reto. No podemos tampoco ser demasiado hiperrealistas. Tu límite, como mínimo, tiene que ser el límite de lo que ya sabes que puedes conseguir. Y a partir de ahí proponerte un paso más. Si te fijas en muchas personas que podrías calificar de felices y satisfechas con su vida personal, laboral, etc., verás como suelen vivir buscando superarse un poco cada día. Les atrae avanzar consiguiendo nuevas cosas.
ECOLÓGICAS. Una meta debe ser coherente contigo mismo, con tu misión de vida, con tus valores personales, no contradictoria con otras metas, y en armonía con el entorno en el que has decidido vivir (familiar, amistades, etc.). Si te has propuesto como meta aumentar tu nivel de ventas pero el camino tiene que ver con emplear un tiempo del que no dispones quitándoselo a tu familia (suponiendo que ésta sea un valor importante para ti), difícilmente lo conseguirás. Y de ser así la sensación de bienestar será tan efímera a causa de tu disfunción interna entre valores (trabajo, familia, economía…) que nunca te va a compensar.
POR ESCRITO. Pocas son las personas que viven su vida conforme a unos proyectos establecidos por ellas mismas, pero menos aún aquellas que plasman sus objetivos, así como el camino a recorrer (plan de acción), por escrito. El escribir nuestros compromisos con nosotros mismos tiene una fuerza arrolladora. Si hay algo que es clave para vivir una vida exitosa es la capacidad para liderarse a uno mismo. Muy pocos saben ser constantes en sus compromisos si no tienen alguien detrás que les supervise. Para llegar a un nivel alto de autosupervisión, el ideal que todos deberíamos perseguir, puede ayudar mucho dejarte supervisar por tus compromisos escritos. Es más, el poder revisar tus metas y el plan de acción que has preparado con ellas por escrito de forma periódica te ayuda también a no perder el enfoque, la dirección, tan fácilmente.
EN POSITIVO. Tus metas deben estar redactadas en positivo. ¿Qué quiere decir? Pues que no es un buen planteamiento el definir tu meta como: “no ser tan grosero”, “no ser tan desorganizado”, “no equivocarme tanto a la hora de gestionar tal o cual tarea”, etc. El enfoque positivo siempre ayuda a pensar hacia adelante. “Voy a ser más amable”, “voy a mejorar mi nivel de organización personal” ,etc. (sin olvidar que ya hablamos de que deben ser más concretas, por supuesto).
Además, a nivel inconsciente, la ayuda que te proporcionas pensando en positivo puede ser considerable. Según parece el inconsciente no entiende la palabra “no” –la negación de un concepto-, sólo capta los conceptos en sí. Por tanto, si tú te repites continuamente: “no voy a ser desorganizado” sigues machacando tu subconsciente con la palabra “desorganizado” (y esa influencia no es nada positiva en cuanto a tu credibilidad en tus posibilidades. Un ejemplo simpático (como siempre con el riesgo de ser demasiado simplista) te ayudará a entender esto. Imagina a alguien subido a una silla mientras hace un arreglo en una bombilla en el techo. La persona está tranquila, pero tú, con toda la buena intención, le dices: “ten cuidado no te vayas a caer”. Tu buena intención en más de un caso lo que hará es que la persona, aún sin estar pensando que se va a caer, empiece a estar más inseguro sobre la silla. Su inconsciente ha empezado a trabajar con las palabras “cuidado”, “caer”, etc.
En este sentido, si quieres ayudar a tu subconsciente, será mucho más efectivo si planteas tus metas como si ya las hubieras cumplido. Llega el nuevo año y te planteas tu meta diciendo: “Soy amable con los que me rodean, y esto es así porque lo demuestro actuando así y así y así (y haces una lista de situaciones cotidianas concretas), o “soy una persona organizada, pues mi organizo mi día, mi vida, etc, así y así y así”. Conectas tu meta en positivo con tu plan de acción. Esto, además de ayudarte aumentará tu motivación porque sabes que si vives como has definido estarás confirmando que tu cambio ha sido real. Estarás disfrutando desde el primer día cada paso que des en dirección a tu meta porque simplemente será “confirmar quien has decidido ser”.
IMAGÍNALAS a través de la visualización. Por último animarte también a que tengas momentos en los que te imagines viviendo con esa/s metas cumplidas. Este es un ejercicio muy útil para mantenerte continuamente en un nivel alto de motivación. Hazlo periódicamente. Piensa durante unos minutos cómo sería tu vida habiendo conseguido aquello por lo que te estás esforzando, ¿qué emociones experimentarías?, revívelas, ¿cómo reaccionarían las personas que están contigo?, incluso piensa con todos tus sentidos, imagina uno de esos momentos y piensa en qué verías, qué olerías, etc. Y pregúntate también: ¿cuál es el “objetivo” del objetivo, de la meta? (o sea, ¿qué necesidad cubrirá?, ¿qué carencia suplirá?, ¿qué me va a aportar realmente el conseguir esto?, ¿por qué me hace ilusión?, etc.)
Si haces esto a la vez que estás trabajando en tu plan de acción, el empuje para seguir y la creatividad que generarás en ti en cuanto a buscar nuevas alternativas para avanzar más rápido o sortear problemas será impresionante. Eso sí, si solo son sueños que no van acompañados de trabajo diario te alejarás más de la realidad, y te convertirás en un soñador vacío.
Finalmente, para no cansarte más quiero agradecerte por haber compartido conmigo estos meses, por haber leído los artículos que con tanto aprecio he escrito para ti con el propósito de que te sirvan en la labor de ser padre, madre, hijo, etc…. Y mi compromiso de este nuevo año acompañarte con nuevos, interesantes y prácticos temas que espero los disfrutes.

Para este nuevo año  deseo para ti:

Un poco de amnesia para olvidar los rencores, tristezas y malos momentos.
Fortaleza y sabiduría para poder afrontar los problemas y aprender de ellos.
Mucho tiempo para disfrutar en familia, para los amigos, para tí.
Salud para poder realizar todo lo que te propongas.

FELIZ 2011!!!!

Con cariño
Elizabeth

martes, 14 de diciembre de 2010

JUGUETES PARA CADA EDAD: OPCIONES PARA REGALAR A LOS NIÑOS EN NAVIDAD

 
La Navidad está a las puertas, y es usual que los padres se preparen para cumplir los deseos de sus hijos, a nombre del niño Jesús, de Papá Noel, de Santa…. el próximo 24 de diciembre.
No todos los juguetes ni todos los niños son iguales. Es por tanto necesario "conocer al niño" como condición imprescindible para acertar la selección de sus juguetes
En la mayoría de los casos, el juguete de moda no es el más adecuado. Por eso, papá y mamá tienen la labor de elegir el mejor obsequio para los pequeños, teniendo en cuenta su desarrollo y su etapa de crecimiento, sin olvidar la seguridad. De esa forma, podrán sacarles provecho y disfrutarlos mucho más. En cambio, si están por encima de sus capacidades, puede que no les pongan atención, no los usen correctamente o afecten su autoestima porque se sienten incapaces.
Precisamente, los empaques de los juguetes generalmente traen un rango que muestra la edad a la que están dirigidos y es importante fijarse en él antes de hacer una elección. También es recomendable tener en cuenta el nivel de aprendizaje del niño, pues no todos tienen el mismo desarrollo.
 JUGUETES PARA CADA EDAD
De los 0 a los 9 meses los regalos más indicados son aquellos que llaman la atención de los sentidos, sobre todo los que tienen colores y texturas. Además, deben ser manipulables, sin ser muy pequeños porque el niño puede tragarlos y ahogarse. En general, deben ser juguetes que incentiven la estimulación oral y sensomotriz.
Algunas opciones pueden ser las pelotas, las bandejas de actividades con sonidos, caminadores de empujar, pero no en los que el menor queda sostenido porque son peligrosos y limitan el desarrollo; sonajeros y juguetes que estimulen el gateo (alrededor de los 8 meses). También se le puede dar al niño su primer muñeco, para que empiece a familiarizarse con un personaje. Eso sí, debe tener los ojos cosidos para evitar que se caigan y se los trague.
Los libros también son una excelente elección para regalar. Preferiblemente que contengan rimas e imágenes grandes y no estén muy cargados de texto. Es mejor que las páginas sean de cartón grueso o tela para que el niño las pueda manipular y morder.
Entre los 9 y los 18 meses los mejores obsequios son los que muestran una causa y efecto y les ayudan a resolver problemas, como aquellos en los que tienen que insertar figuras geométricas o tocan la imagen de un animal y suena.
Al año y medio se vuelve muy importante el juego simbólico. En esta etapa son fundamentales los juguetes representativos, por eso, es ideal regalarle el kit de médico, constructor, cocinero o artista, pues le ayudará a entender cómo funciona el mundo.
También tenemos aquellos juguetes que les permitan relacionar hechos: para golpear, meter, sacar, lanzar, apilar y hacer torres, experimentar, etc. Los últimos dentro de esta gama son los que estimulan la imitación de acciones simples, es decir, títeres, teléfonos, coches para empujar, entre otros.
 Desde los 3 años, los pequeños deben desarrollar la imaginación en sus juegos y los disfraces son perfectos para estimular esa facultad. De esa forma, pueden convertirse en superhéroes o con cubos de madera armar un castillo y transformarse en caballeros o princesas. Todo lo que tenga movimiento, que implique moverlos, que ellos puedan hacer algo con ellos, como interactuar. Por ejemplo, un tambor, un juego de carpintería, pizarrones. Se puede empezar con los bloques grandes para armar.
Prescolares. El niño de 5 años habla perfectamente y está insertado en un intensivo proceso de socialización, va al preescolar, sueña con monstruos, algunos dominan un idioma y medio y ya pueden jugar a un montón de juegos, como los de ingenio simples, de lógica binaria, es decir juegos para jugar entre dos. Los disfraces “son muy importantes, y a los 5 años les encanta. Pero, las casitas de las Barbies son caras y salvo que se las armen atrás del jardín, que encuentren un escondite secreto, todo lo que venga armado desde el marketing es aburrido y no se usa.
Triciclos, bicicletas, patinetas, etc. A los 6 años, un chico tiene que saber andar en bici sin rueditas y nadar desde los 3-4 años. Hasta los 10 años se recomienda la natación, porque termina de automatizarse el mecanismo de la respiración. Los triciclos reemplazan a los anteriores andadores, y se pueden comprar a partir del año uno que sea seguro, cuando el chico tiene deseo de moverse y caminar.
 6 y 7 años. En esta edad ocurre el ingreso a la primaria. Con los juegos regalados que antes no se enganchaban, ahora empiezan a atraerles. En relación a la lectura, la mejor manera de estimularlos es leyéndoles cuentos, si van a ver una película, abrir la posibilidad de la expresión verbal. Ayudarlo al niño cuando las palabras les resultan difíciles.

A medida que los chicos crecen, se abren más posibilidades de juego y expresión. Los más grandes se aburren con el juego que hasta no hace mucho los tomaba por completo. Buscan tecnología, música, indumentaria, si se acercan a la pubertad. Todavía les llama la atención los  juguetes que se relacionan con el aire libre pero son un poco más complejos y costosos; aquí podemos elegir bicicletas especiales, juegos de mesa, patines, juguetes de experimentación e investigación del medio natural, binoculares, camping, etc.
Consejos prácticos
  • Hay que partir de las necesidades y preferencias del niño, y no de los gustos del adulto.
  • No se deben comprar juguetes que fomenten comportamientos agresivos, sexistas o intolerantes.
  • Es necesario tener en cuenta la edad del niño y sus peculiaridades.
  • Los juegos deben convertir al niño en el protagonista, potenciándole la imaginación y la creatividad o cualquier otro aspecto de su personalidad.
  • Los que sirven para que los padres también compartan las experiencias lúdicas resultarán muy beneficiosos para fomentar una mejor relación con los hijos.
  • Todos los juguetes son igualmente recomendables para niños o niñas. Desarrollan funciones diferentes que ayudarán a que sean personas más completas.
  • Es necesario valorar críticamente el aspecto del juguete para prever su duración y adecuación al juego. Deben ser sólidos, seguros, asépticos y duraderos.
Categoría de los juguetes
  • Sensoriomotrices: son los que se utilizan básicamente en los primeros 18 meses. Están dirigidos a la parte sensorial. Se caracterizan por tener olores, colores y desplazamiento.
  • Representativos: se utilizan a partir del año de edad. Son aquellos que representan un objeto de la realidad, como por ejemplo un carro, la casa o la muñeca.
  • Construcción: aquellos para armar y construir, como los bloques o los rompecabezas.
  • Locomoción: sirven para trasladarse de un lugar a otro, como el triciclo, la bicicleta o los patines.

Sobre ruedas
Los triciclos, los patines y las bicicletas están, por lo general, en las listas de regalos de los niños. Sin embargo, muchas veces los padres los dan a edades inadecuadas, sin tener en cuenta el desarrollo de su hijo.
Los triciclos son recomendables desde el año y medio de edad, pero deben ser aquellos que se empujan con los pies. A los 2 años, cuando entiendan el movimiento de pedalear, ya pueden usar los que traen pedales.
Los patines, por su parte, son aconsejables a partir de los 4 años, teniendo en cuenta los parámetros de protección como el uso de casco, muñequeras y rodilleras.
Las bicicletas, en cambio, se deben regalar después de los 5 años de edad, pues antes el niño podría no disfrutarla porque no tiene el equilibrio necesario y posiblemente no alcance a pedalear.

Otros juegos
Los juegos con instrucciones son adecuados a partir de los 4 años, cuando los niños ya están en capacidad de seguir órdenes sencillas y entienden el transcurso del pasatiempo. Igualmente, es importante fijarse en el rango de edad que sale en las cajas.
Los rompecabezas son una opción didáctica para regalar. En los primeros 10 meses se le deben dar al niño aquellos que sólo son de dos piezas y tienen un pin para agarrarlas. Después de los 3 años, el pequeño ya puede jugar con más de 15 fichas.
 Realidad virtual
Los juegos de video son muy apetecidos por los niños, pero no siempre son una buena elección. Por eso, los padres deben tener en cuenta ciertos parámetros antes de darle a su hijo este tipo de obsequios.
Antes de los 4 años los menores no entienden la diferencia entre realidad y ficción y estar en contacto con software interactivo los podría confundir, hasta el punto de ocasionarles un trastorno.
Lo mismo ocurre con los computadores, aunque después de los 4 años ya es adecuado que interactúen con programas educativos, por breves periodos de tiempo, que les enseñen los colores, los idiomas y las figuras.
Pero recuerda que el juguete en sí no es lo importante en estas fechas, lo importante es enseñar a nuestros hijos el VERDADERO SENTIDO QUE LA NAVIDAD TIENE pues si, vamos a festejar el nacimiento y la llegada de Jesús a la tierra, aquel quien representa para muchos personas, el sustento espiritual y en donde desembocamos nuestra fe, alegrías, tristezas, agradecimientos, peticiones y culpas; alguien que es fiel representante de la nobleza, la sencillez, sabiduría, el sacrificio y quien posee en su plenitud, el maravilloso don de amar y perdonar. A Él, para ÉL y por Él es el festejo.
 No te olvides eso es lo fundamental en estas fechas!!!!! Solo entendiendolo tiene sentido la NAVIDAD

Con mucho afecto

Dra. Elizabeth Montenegro G.

jueves, 9 de diciembre de 2010

ESTRATEGIAS DE PNL PARA NEGOCIAR CON LOS HIJOS


Una de las mayores dificultades con la que los padres nos encontramos cuando nuestros hijos crecen, es la manera de comunicarnos con ellos, sabemos que muchas veces los consejos, las palabras, las órdenes, las peticiones que les damos no hacen eco en ellos. Y en ocasiones hasta pueden generar “rechazo” A nadie le gusta el rechazo. El rechazo te puede generar inseguridad, miedo, baja autoestima y estas son barreras para una comunicación eficaz. Es importante que sepas manejar el rechazo en el sentido de que no te afecte, no es contra tu persona el rechazo. Recuerda, es parte de la edad, del crecer y tratar de mostrarse como una personita autónoma e independiente.
Lo primero que tienes que hacer para lograr una comunicación eficaz con tu hijo es “observarlo” y darte cuenta si tu hijo es visual, auditivo o kinestésico para poderlo acompasar y crear un ambiente de confianza y seguridad.
Ahora vamos a hablar del lenguaje. Las palabras que usemos pueden ayudar a construir esta relación o la pueden derribar. Un padre inflexible, intolerante y totalmente enfocado en lo suyo puede fácilmente tirar por la ventana la comunicación con su hijo. Y el lenguaje es responsable de atraerlo o alejarlo.
Vamos a ver las palabras que crean resistencia, las que destruyen. Voy a enseñarte a preguntar antes de ofrecer, pedir, ordenar  y también a aplicar la estrategia de Robbins llamada “marco de transigencia” y finalmente a usar los dos hemisferios cerebrales en una negociación y sus beneficios.
Palabras que crean resistencia: ciertamente, indiscutiblemente, siempre, nunca, absurdo, todos (as), nada, nadie, absolutamente, son palabras que no ofrecen opción ni alternativa, son palabras definitivas. De manera que si yo como padre las uso contra la opinión de mi hijo pues le estoy dando con el mazo en la cabeza y forzando la conversación por mi manera de usar las palabras. Porque “todos” son “todos” y “siempre” es “siempre”. Y realmente hay muchas formas de ver las cosas y formas de plantearlas. Es mejor utilizar frases como: “en algunas ocasiones”, “algunos amigos”, da una sensación de flexibilidad y apertura a más diálogo.
La otra palabra altamente destructiva es el “pero”. Cómo nos sentimos cuando nos dicen: “es verdad, pero…”, “tiene usted razón, pero…” en realidad lo que esto quiere decir es que no es verdad y que no tengo razón. Te estás oponiendo abiertamente a su opinión y en la comunicación eso no es lo que quieres hacer porque creas resistencia, acuérdate no es un encuentro de box.
Es mucho mejor estar de acuerdo con tu hijo en lo que dice y acompasarlo y empatizar con él. Pero también puedes ofrecer tu opinión para que vea un panorama más amplio como: “es verdad lo que tu dices y permíteme añadir…”, “tienes razón en eso y además hay que tomar en cuenta…” De esta manera estamos añadiendo más información a la que ya tiene nuestro hijo en vez de descalificarla o eliminarla con el “pero”. Si estás de acuerdo con tu hijo, él se va a relacionar contigo en forma positiva y así comienza la confianza. Si tu hijo confía en ti será un mejor escucha y te dedicará el tiempo que necesites para conocer lo que le ofreces, lo que le pides o le que quisieras que él haga.
Otro consejo para negociar consiste en evitar suponer cómo es tu hijo y qué necesita, es cierto tú lo conoces, pero recuerda que está creciendo y ha cambiado, posiblemente debes nuevamente tomarte el tiempo para reencontrarte con él, descubrirlo, RECONOCERLO. Antes de lanzar todos tus argumentos, averigua la posición de tu hijo. Para averiguar haz preguntas, que además crean empatía.  Veamos algunos ejemplos con situaciones cotidianas, supongamos que se trata del uso de su celular, averigua para qué lo usaría mayormente. No supongas que es para estar en contacto con la familia o con sus amigos, cuando puede ser que en realidad lo que quiere es escuchar la música que en él ha guardado.  Si se trata de un computador, pues averigua cuáles son sus mayores necesidades, en qué lo usaría y así puedes ofrecerle el que más le convenga, puede ser una laptop, una netbook o un computador de escritorio…. De esta manera tu hijo se da cuenta que estás en realidad interesado en su bienestar y en que tome buenas decisiones.
Durante una conversación o negociación, sobre todo con un tema que se ha tornado difícil y para el cual en ocasiones los adolescentes no ofrecen mucha apertura o asumen una posición  un tanto negativa, puedes utilizar la estrategia del “marco de transigencia”, llamada así por Anthony Robbins, experto en PNL, y aunque él lo utiliza o lo aplica en las ventas, sirve muy bien para el caso de negociar con nuestros hijos, pues al fin y al cabo lo que estamos tratando de hacer es “venderle nuestra idea”…. Él dice que no hay clientes resistentes sino vendedores inflexibles. Si el cliente es difícil u ofrece mucha resistencia te recomiendo usar esta estrategia. La estrategia consiste en incluir tres frases en diferentes momentos y estas son: “lo aprecio y…”, “lo respeto y…” y “lo admito y…”.
Estas frases se usan exactamente para no crear conflicto, y abrir una puerta de posibilidades. Una opinión por supuesto puede ser apreciada, respetada y admitida. Hay que recordar que todos somos diferentes personalidades y filtramos el mundo en forma diferente. En vez de pelear o rebatir, es mejor estar de acuerdo y añadir la información que uno tenga que pueda ser de interés para el joven. Si usas estas frases con adolescentes resistentes verás que al final saldrán muy contentos por el trato que les diste, ellos fueron a pelear y salieron contentos.
Otro detalle que hay que tomar en cuenta es el uso de los dos hemisferios en una negociación o en un conflicto. El derecho y el izquierdo. El lado izquierdo se dedica a lo serio, a los números, lo lógico, lo intelectual, es la parte razonadora que analiza las diferentes situaciones. El trabajo del hemisferio izquierdo es filtrar la información, examinarla, verificarla y es el que pone obstáculos, y también es el que previene posibles problemas. En las negociaciones es importante usar el hemisferio izquierdo porque allí está gran parte de la información que deberá ser filtrada y analizada por tu hijo. Por otro lado también es bueno hacer uso del hemisferio derecho que es el creativo, intuitivo, emocional, juguetón, el que hace chistes. Al hablar con tu hijo aunque sea una situación tensa, es bueno ser formal  (hemisferio izquierdo) y también es bueno ser creativo y hacer algún chiste para romper el hielo (hemisferio derecho) y crear con mayor facilidad una apertura y acercamiento. El hemisferio derecho te sirve para intuir cómo está en ese momento tu hijo, explorar en una forma relajada sus necesidades.
Usar los dos hemisferios te va a dar un mejor equilibrio en tu comunicación y en tu personalidad. Lo importante es no ser totalmente rígido y razonador y tampoco un relajo andante, sino de crear un balance en tu discurso y darás una impresión de mayor flexibilidad de tu parte hacia tu hijo.
Estos consejos que en ocasiones son un tanto complicados de aplicarlos solo empezarán a surtir efecto cuando TU empieces a cambiar tu marco de referencia, y a abrirte a estas nuevas posibilidades.
Espero que sean de utilidad y los aproveches, mi interés es que juntos padres e hijos vayan avanzando acompasadamente en este camino de crecer…
Con afecto,

Elizabeth Montenegro G.

jueves, 25 de noviembre de 2010

RELACIONES PADRES E HIJOS USANDO PNL

En algunas ocasiones las relaciones padres e hijos (sobre todo si estos son adolescentes), se parecen a un encuentro de boxeo donde se libra una batalla de opiniones y respuestas en la que el más hábil saldrá victorioso. Cuando te tomas a tu hijo como tu oponente, se crea mucha resistencia y esto provoca tensión entre las dos partes. Es mucho más adecuado si no disientes, ni te opones a tu hijo, sino detectas donde está la resistencia y diriges la comunicación hacia donde él se siente cómodo.
Hay dos puntos importantes que tomar en cuenta cuando se presenta un conflicto con los hijos. Una es la calidad en tu comunicación y la otra es el por qué de la disputa. No importa qué tipo de problema te toque atender (puede ser desde el arreglo de la habitación, que le prestes el automóvil, o las notas de su reporte mensual), la forma como se le enfrenta y se inicia la comunicación debe ser sin resistencia. Desde este momento se debe construir una relación de confianza y seguridad para que tu hijo tenga la oportunidad de valorar en realidad si el conflicto que se ha generado merece la pena convertirse en una “batalla real” o si es posible dialogarlo y llegar a un acuerdo.
Antes de continuar con el tema de la comunicación desde el punto de vista de PNL es importante tener en cuenta que el TERRITORIO es muy importante para saber actuar asertivamente.
Cuando la comunicación se sitúa en tu lugar de padre, en tu territorio, tu habitación, el estudio, la sala, obviamente te sentirás con mayor seguridad y fuerza para el diálogo que si acudes fuera de tu territorio a “un lugar desconocido” (que puede ser el dormitorio de tu hijo, por ejemplo)
Cuando sales de tu territorio, hay mayor estrés debido a que tu hijo estará distraído por “sus cosas” u otros asuntos y TU será parte de la lista de asuntos que atender, más no la prioridad. Lo peligroso en este momento es que te sientas inseguro, menospreciado con baja auto estima y para protegerse actúa con agresividad que arruine la comunicación, piensa en palabras que si no las has dicho tal vez las escuchaste cuando eras adolescente:….”en esta casa mando yo”, “aquí se hace lo que yo digo”, “porque yo lo ordeno”……y la lista puede continuar……
Al estar con tu hijo, dale espacio y no invadas su círculo de seguridad, en promedio cada persona necesita por menos unos 30 cms de espacio alrededor, otras personas requieren de más espacio. Algunos padres que quieren ser muy amables se acercan demasiado, e invaden el espacio vital. Esto los hace sentirse acorralados y sofocados. Esta es una forma de presión que algunos chicos no soportan y salen huyendo. A veces es necesario dar un paso atrás para que no se sientan invadidos, sobre todo cuando estamos en “su territorio”.
Vamos a nombrar algunos consejos desde el punto de vista de PNL que te pueden ayudar a mejorar tus capacidades de comunicación, con tus hijos sobre todo si se presentan conflictos:

Para que el diálogo tenga éxito debes establecer una relación genuina entre tú y tu hijo, una relación de confianza y flexibilidad que debe partir de tí.
El poder de la observación va a ser muy útil en este proceso. Cualquier comportamiento del ser humano está estructurado de una manera específica. Algunas de estas estructuras son el sistema de claves oculares que son brevemente:
Arriba visualiza
A los lados escucha
Abajo a la derecha está en sensaciones
Abajo a la izquierda está en diálogo interno
Y los sistemas representacionales En ambos sistemas nos estamos refiriendo al dominio que tiene tu hijo de ver, escuchar y/o sentir.
Prácticamente todos tenemos esas funciones, sin embargo lo que nos hace únicos y diferentes es la forma como las secuenciamos y cual es más dominante en nosotros.
Cuando tu hijo está en contacto contigo y sobre todo en una situación de conflicto, es importante observar donde está él, si está observando, escuchando o sintiendo…. ¿Necesita tu hijo tocar o moverse? Cuando tu hijo reflexiona, ¿qué está haciendo mentalmente? Y para tomar una decisión ¿qué necesita para tener la confianza y dar paso al diálogo?
Aunado a la observación en cuanto a sus claves oculares y darse cuenta si prefiere ver, escuchar o sentir, también es importante verificar si el lenguaje y tono de voz son congruentes con su propia secuencia.
La persona que tiene una secuencia principalmente visual tenderá a hablar con mayor rapidez que el buen escuchador que cuidará sus palabras al hablar o el kinestésico que estará más enfocado en las sensaciones y por lo tanto su velocidad al hablar será aun menor que los otros dos.
Si quieres lograr confianza genuina con tu hijo, es importante observar cómo funciona él para así entrar en su misma frecuencia y de esa manera entenderse. Si tú eres visual y tiendes a hablar con rapidez y te enfrentas a un kinestésico, debes tener calma y paciencia y hablarle con mayor detenimiento para que tu hijo pueda asimilar la información. Generar empatía con la velocidad de su lenguaje y la manera de ver las cosas será muy favorable para iniciar esta relación de confianza.
Otro punto importante es que la persona visual que muestra sus claves oculares correspondientes, y habla con rapidez, también va a tener un lenguaje muy preciso con expresiones visuales. La estructura está entrelazada y esto te dará una pista más de como puedes tratarlo. La persona visual seguramente contendrá en su comunicación palabras con matices visuales como "quisiera ver", "yo observo mientras tú me enseñas", "sí, ya veo", y preguntas sobre lo que están viendo. El auditivo será más cauteloso en su forma de hablar, sin embargo igual escogerá palabras que lo delatarán como una persona que escucha con calma. Esta persona igualmente ligará el lenguaje con esa parte que predomina en él. Usará términos auditivos como "te escucho, prosigue", "me puedes explicar ", "dime como puede pasar esto". Y la persona kinestésica hará lo mismo con su lenguaje, podrá incluir algo así: "quiero ver si es cómodo", "lo podemos probar", "es práctico y ligero".
Al escuchar las diferentes formas de expresarse, lo importante es olvidarse un poco de cómo me expreso yo y entrar en la frecuencia de la otra persona. Si ti hijo está interesado en una explicación, me voy a la explicación. Si tu hijo quiere tocar y sentir, hay que darle gusto. Y muy importante usar el mismo tipo de palabras que usa tu hijo. Porque las mismas palabras tendrán el sentido que le da tu hijo y palabras similares no siempre tienen el mismo sentido para las personas. Si usas términos visuales, hay que repetirlos pues eso lo va a entender mejor que si se utilizan otras. Al cambiar las palabras ya no tienen el mismo sentido y se sale de la frecuencia de tu hijo Para lograr esto es necesario estar muy alerta y con mucha concentración para seguir a tu hijo con sus patrones lingüísticos.
A estas técnicas de empatizar con el hijo en cuanto a su forma de valorar el mundo externo, si es visual, auditivo o kinestésico, de igualar la velocidad de su forma de hablar, corresponder a su lenguaje con las mismas palabras se le llama ACOMPASAR. Pruébalo y verás que tu hijo se sentirá muy a gusto contigo. Hacer esto como entrenamiento te llevará a instalar un programa automático donde lo podrás hacer sin pensar porque tu mente ya aprendió lo que hay que hacer en cada situación.

Espero sinceramente que estos consejos ayuden a formarte en esa ardua labor de ser padres y te guie en la formación de HIJOS FELICES.
Con afecto,

Dra. Elizabeth Montenegro G.

jueves, 11 de noviembre de 2010

HIJOS OBEDIENTES USANDO PNL

La Programación Neurolingüística es una herramienta muy útil en le manejo de las relaciones humanas, como padres, nos enfrentamos a una aventura: conocer a nuestros hijos, comprenderlos y educarlos.
Sin embargo en un sin número de ocasiones sean nuestros hijos grandes o pequeños la queja de muchos padres es “MI HIJO NO OBEDECE”, “ QUE HAGO PARA QUE SEA OBEDIENTE”, “ TENGO QUE PEDIRLE QUE HAGA ALGO MÁS DE UNA VEZ PARA QUE LO REALICE”….
Y justamente son estas situaciones las que generan conflicto, las que hacen que muchas veces reaccionemos frente a nuestros hijos de manera inadecuada: gritos, insultos y hasta golpes.
Ahora vamos a proponer una serie de estrategias que puedes como papá o mamá aplicar con tu hijo para ayudarle a ser más obedientes y obviamente a evitar los conflictos, el ejercicio está propuesto desde una técnica de la PNL que se llama “LAS TRES POSICIONES”
1. Por un momento en tu casa, encuentra un lugar tranquilo donde no seas molestado.
2. Piensa en un evento en el cual la conducta de desobediencia de tu hijo se haya dado puede ser que esta conducta sea recurrente).
PRIMERA POSICIÓN: Proyecta la película del evento que pensaste, pero hazlo desde tu propio punto de vista de padre, reviviendo el hecho tal y como sucedió; en qué lugar se encuentran, cuál es la dinámica que se da, qué palabras se dicen, cómo ves a tu hijo y qué sientes al ver a tu hijo actuando de esta manera. Procura ser lo más detallado posible mientras “Proyectas la película”, ponle color, escucha las voces, siente las emociones que se generan en ese instante. Cuando hayas terminado de proyecta la película RESPIRA PROFUNDO
SEGUNDA POSICIÓN: Vuelve a revivir la situación, pero esta vez, desde la posición de tu hijo, métete en sus zapatos (si cambias de posición al frente de donde estaba es más fácil). Antes de pasar la película examina a tu hijo, fíjate en la postura que tiene, su respiración, sus movimientos, el tono de su voz. Ahora introdúcete en tu hijo. Tómate el tiempo necesario para lograrlo. Ahora, pasa la película y observa cómo te ve tu hijo, cómo te escucha tu hijo, qué piensa tu hijo de esta situación, qué siente él en este momento. ¿Notas algo que él necesite o desee y que no te habías dado cuenta? ¿Qué puedes aprender de tu hijo? ¿Qué notas de su conducta como padre al estar en los zapatos de tu hijo? Si te percatas que parte de tu propia conducta parece inadecuada, exagerada desde el punto de vista de tu hijo, siéntete satisfecho de haber obtenido información útil y nueva. Recuerda que mientras estás proyectando la película desde la posición de “tu hijo”, debes hacerlo lo más vívido posible; mira todo el lugar, mírate a ti mismo al frente desde los ojos de tu hijo, escucha las palabras que le dices y escucha a tu hijo desde su voz, siente los sentimientos que se generan en tú hijo y siente como él se siente al verte a ti. Una vez que hayas terminado de proyectar la película desde la posición de tu hijo, RESPIRA PROFUNDO.
TERCERA POSICIÓN: Revive ahora esta situación como "observador", proyectando la misma película, pero esta vez en una posición neutral que te permita verte tanto a ti como padre, como a tu hijo simultáneamente, como si fuera una película ajena. Ahora, desde esta posición de análisis, qué puedes aprender, observa y escucha, qué puedes ver con más nitidez acerca de ti y de tu hijo, qué recurso como padre necesita el protagonista para que esta situación ya no se repita. ¿Tranquilidad, tolerancia, paciencia, flexibilidad, comprensión? Al darte cuenta del recurso que necesitas para que ya no se siga repitiendo esta situación, métete otra vez a la: PRIMERA POSICIÓN
Desde tu posición de padre, revive otra vez esa situación pero llevando contigo el recurso que te hace falta. Respira profundo y ve qué cambios empiezan a suceder en ti y en tu hijo.
La mayoría de los padres obtienen una gran cantidad de información valiosa después de convertirse en su hijo, al pasar a la tercera posición. Puede que tengas una nueva sensación, que antes no tenías, de lo que tu hijo siente o desea.
Es conveniente realizar esta actividad varias veces, pero solamente la tercera posición y la primera del final. Así se irá haciendo una “nueva programación” en tí, ya que le estás enseñando a TU mente otra manera de actuar ante la misma situación.
Adelante anímate a experimentar un cambio en la relación con tus hijos!!!
Con afecto

Dra. Elizabeth Montenegro G.

martes, 9 de noviembre de 2010

CINCO PRINCIPIOS PARA SER MEJORES PADRES

Con el aumento de los divorcios, separaciones, madres solteras y las familias en las que el padre y la madre trabajan fuera de casa, el tiempo que queda para los hijos es muy escaso. Aun así,  independientemente del ritmo de trabajo o de la situación vital de cada miembro de la familia, es posible ser mejor padre de lo que se es. Siempre tenemos tiempo para cambiar y mejorar.
Ser mejor padre aunque no sea sencillo, puede conseguirse siguiendo unos pocos principios que hay que poner en práctica a diario:
  • PRINCIPIO 1: No te involucres en luchas de poder de las que es probable que nadie salga victorioso.
  • PRINCIPIO 2: Di cosas agradables a sus hijos de vez en cuando, sobre todo si no se lo esperan.
  • PRINCIPIO 3: Es importante ser raro. No deje que los hijos piensen que son más raros que sus padres.
  • PRINCIPIO 4: No haga cosas por sus hijos que ellos sean capaces de hacer por sí mismos, a menos que esté seguro de que le devolverán el favor.
  • PRINCIPIO 5: Hay que tener una autoestima alta. Si el padre no la tiene, sus hijos tampoco.
  • PRINCIPIO 6: Aprenda a pedir disculpas cuando no cumpla sus propias cuotas de exigencia al tratar a sus hijos.
LUCHAS DE PODER
Las luchas de poder se producen cuando alguien cree que ha perdido autoridad y quiere recuperar la sensación de control. Traen como resultado sentimientos negativos y es bastante difícil llegar a una solución satisfactoria, si no imposible. Los padres pretenden controlar a sus hijos y luego se sienten culpables por haber perdido la paciencia. Los niños se enfadan, se deprimen y fantasean sobre la manera de retomar el control sobre sus padres.
La sensación de pérdida de poder comienza a menudo a una edad temprana, y los padres que han experimentado esa sensación suelen transmitírsela al menos a uno de sus hijos, probablemente a aquel que tiene rasgos de carácter parecidos y que al padre no le gustan. Por tanto, los padres pueden evitar las luchas de poder siendo sinceros sobre lo que no les gusta de sí mismos. Comprenderse a sí mismo a través de la conciencia de uno mismo mejora nuestra labor como padres.
Para resolver las luchas de poder tome nota de los siguientes consejos:
1. Haga preguntas en lugar de órdenes.
2. Tenga un lugar donde esconderse cuando se desencadene una lucha de poder.
3. Proporcione a su hijo más de una opción para elegir.
4. La persona a quien usted tiene que controlar es a sí mismo, no a su hijo.
5. Soltar una carcajada en mitad de una lucha de poder consigue pararla.
Enfrentarse a una lucha de poder de manera inteligente es el primer paso para convertirse en mejor padre.
CÓMO ALABAR Y CRITICAR A LOS NIÑOS
Las alabanzas y las críticas son juicios que una persona emite sobre otra. Saber comunicar dichos juicios mejorará la labor de los padres y su relación con sus hijos.
Elogiar al niño cuando él se lo espera sólo demuestra que el padre está haciendo lo que "debe" hacer un buen padre. Cuando el niño muestra un trabajo que ha hecho en el colegio y que él cree que es maravilloso, busca los elogios para reforzar sus propios sentimientos. Está bien concedérselos, pero es su propia opinión la que debe guiarle, no el juicio de los padres.
Cuando el niño sabe que ha hecho algo mal y no puede evitar que los padres lo descubran, la crítica y el castigo posterior ya se han formado en su mente, aunque todavía los padres no hayan intervenido. El niño sabrá cuando ha hecho algo mal si ha aprendido a juzgar sus propias actuaciones.
Decir cosas agradables a los niños cuando no se lo esperan tendrá un efecto duradero.
Es importante que el niño sepa que los sentimientos de su padre son positivos porque su opinión general de la vida es importante para él, aunque actúe como si no lo fuera. Por ejemplo, algunas de las cosas agradables que decir:
  • Se puede decir algo agradable sobre una característica personal favorable del niño para demostrarle que uno no siempre tiene que hacer algo para merecer elogios.
  • Se puede decir algo agradable sobre algo que haya hecho el niño, mostrándole que una buena actitud es una fuente de sensaciones gratas.
  • Se puede decir algo agradable de uno mismo para mostrar que la autoestima positiva es buena. Se le está diciendo con ello al niño que es posible sentirse bien con uno mismo sin buscar continuamente la aprobación de los demás.
  • Se puede decir algo agradable sobre otras personas para mostrar que está bien tener buenos pensamientos hacia los demás aunque no estén presentes.
  • Se puede decir algo agradable sobre un árbol, una puesta de sol o el color de un edificio para mostrar que es bueno obtener satisfacción de las experiencias cotidianas.
  • Se puede decir algo agradable sobre algo o alguien que también posea características que no nos gustan, para mostrar que la vida no es solo blanco y negro, y que bueno y malo a menudo van unidos.
Decir algo agradable no es necesariamente una alabanza, pero muestra que se tiene una actitud positiva, lo cual es muy necesario para los padres. Comunica una visión positiva de la vida que se transmitirá al niño.
LA IMPORTANCIA DE SER RARO
La mayoría de los niños creen que tiene algo raro, suelen llegar a la conclusión de que son diferentes de los otros niños cuando empiezan la escuela. Una vez que el niño se da cuenta de que es raro, esto se convierte en un problema para él. Algunos niños nacen raros, y otros se convierten en raros debido a su educación. Les ocurren cosas tan extrañas e impredecibles que si sus padres también son un poco raros, podrán soportar mejor su propia rareza.
Con raro me refiero a un padre que es espontáneo. Un padre que de repente hace lo contrario de lo que espera su hijo. Un padre raro es aquel que no teme parecer tonto a los ojos de su hijo ni ponerse a su propio nivel y "actuar como un niño". Ser raro es otra forma de reforzar los lazos entre padres e hijos. Los buenos padres establecen vínculos muy fuertes con sus hijos, aunque para ello tengan que renunciar al control absoluto.
Los padres raros tienden a respetar lo que les convierte en raros. Puede tratarse de un talento, un interés o una actitud por la que sienten pasión. Demuestran un compromiso con sus ideas que va más allá de lo normal. La pasión que sienten los padres por sus intereses es a menudo comunicada a sus hijos, que aprenden que apasionarse por algo no sólo es posible sino deseable. A una edad en que es raro adquirir fuertes compromisos, aprender esta lección puede ayudar a alguien a ser un hombre de éxito, porque los grandes logros suelen ser el resultado de una entrega apasionada.
A continuación les daremos algunas normas sobre cómo ser raros:
  • Hay que encontrar tiempo para expresar pasión por algún interés en particular.
  • El comportamiento de los padres no debe guiar el futuro del niño tanto como la vida interior, las intenciones, deseos y sentimientos de los padres.
  • Hay que decir o hacer cosas de vez en cuando que el niño no espera.
  • Hay que pasar mucho tiempo con los hijos a solas.
  • Hay que hablar con los hijos de cosas que interesen al padre, aunque aquellos parezcan no entender de qué se está hablando.
  • Hay que defender sus ideas con fuerza pero no exija que los niños tengan las mismas opiniones.
  • No hay que ridiculizar algo que su hijo se toma muy en serio.
  • Hay que tener alguna actividad creativa que su hijo le vea desempeñar.
  • Hay que dejar que sus hijos vean sus sentimientos. No tienen porqué ser necesariamente positivos. La rabia, la indignación y la confusión son emociones a las que su hijo debe aprender a enfrentarse.
  • Hay que entender que el proceso de crecimiento es irregular, episódico e incoherente. Ninguno de sus hijos tendrá un proceso de desarrollo perfecto. No se preocupe.  Cuando el padre se gusta a sí mismo, los niños también acabarán gustándose antes o después.
ENSEÑAR A LOS HIJOS A HACER LAS COSAS POR SÍ MISMOS
Cuando los padres creen que deben hacerlo todo por sus hijos, tal vez los niños no aprendan a ser responsables por sí mismos. Los buenos padres son aquellos que hacen menos cosas por sus hijos, dejándoles asumir responsabilidades a ellos. Este es un ejemplo en que menos es más.
Los padres con demasiadas ganas de ayudar se arriesgan a incapacitar emocionalmente a sus hijos. El meollo de la cuestión es que los padres arrebatan el poder a sus hijos cuando hacen por ellos cosas que ellos pueden y deben hacer por sí mismos. La ayuda debe ofrecerse cuando ha sido previamente solicitada y debe ir dirigida a ayudar al niño a utilizar sus propios recursos para solucionar el problema. Si los niños dicen que necesitan ayuda, la pregunta que hay que hacer es: ¿Qué te gustaría que hiciera yo? Los niños que han pedido ayuda otras veces ofrecerán una respuesta razonable. Los niños a los que se les ha prestado demasiada ayuda tienen problemas para contestar porque no han analizado lo que necesitan para poder identificar los recursos que ellos mismos no poseen. Si el padre es selectivo a la hora de prestar ayuda, el niño aprenderá a tener más recursos.
Los buenos padres dan oportunidades a sus hijos para que aprendan a pedir ayuda y a controlar su capacidad para soportar la frustración, a la vez que aguantan su propio desasosiego cuando ven a sus hijos intentando solucionar un problema que les supera.
LA AUTOESTIMA DEL PADRE ES MUY IMPORTANTE
La mayoría de los buenos padres se preocupa por la autoestima de sus hijos y estarán dispuestos a hacer cualquier cosa para fomentarla. Casi siempre tendrán que aumentar primero la suya propia. La autoestima podríamos definirla como la experiencia de andar por la vida con un sentimiento de bienestar y satisfacción. Por la tanto la mejor manera de aumentar la autoestima es buscar más experiencias que produzcan bienestar y satisfacción.
Para sentirse satisfecho como padre, hay algunos sentimientos básicos que hay que procurar experimentar:
  • Hay que procurar divertirse.
  • Hay que confiar en que sus hijos estén sanos y sean felices.
  • Hay que creer que los demás le respetan a uno como padre.
  • Hay que sentirse satisfecho con el trabajo que se realiza.
  • Hay que luchar contra el exceso de ansiedad.
  • Hay que creer que los hijos agradecen las contribuciones de los padres a sus propios triunfos.
Encontrar formas para experimentar más satisfacción en la vida familiar y en la labor de padres no es ningún misterio. Los buenos padres tienden a hacer cosas que la mayoría de los padres no hacen. Seguidamente les enumeraré una lista de sugerencias que han funcionado con otros padres. Si funcionan en su caso particular, su autoestima aumentará porque obtendrá más placer y satisfacción en su propia casa.
  • Pase tiempo a solas con cada uno de sus hijos siempre que pueda para que no le distraigan las necesidades de los otros miembros de la familia.
  • Tenga cofres con llave para cada miembro de la familia (incluido usted mismo) para que los "tesoros" privados de cada uno estén a salvo de la curiosidad de los demás.
  • Pase tiempo todas las semanas a solas con su esposa/o, sin niños ni otras distracciones.
  • Permita que la casa esté desordenada durante el día, mientras todos estén cumpliendo con sus obligaciones pero exija que participen luego de la limpieza por las noches. Al fin y al cabo, la casa es de todos.
  • Tenga siempre algo disponible para comer que guste a su familia porque la comida es un factor importante de seguridad.
  • Aprenda a planificar para no desaprovechar las oportunidades satisfactorias por la aparición de acontecimientos imprevistos.
  • Establezca tradiciones familiares cada semana, mes o año.
  • Eche a todos los demás de casa de vez en cuando para tener la sensación de que su casa es su castillo.
  • Si no tiene amigos, consiga algunos rápidamente. A largo plazo, no se puede depender de la familia para satisfacer todas las necesidades sociales.
  • Tenga un calendario en la cocina para establecer una valoración de cada día. Defina su propia escala. Esto le obligará a evaluar la calidad de cada día y a encontrar maneras de mejorar.
  • Divida sus metas en etapas para que avance todos los días en la dirección adecuada.
  • Si prefiere no enfrentarse a miembros de la familia verbalmente sobre algo que le molesta, déjeles notas.
  • Escoja un día cada dos semanas y propóngase no gritar durante todo el día.
  • Desarrolle su propia lista de cosas que puede hacer para aumentar su autoestima.
  • Aprenda a decir "no".
APRENDA A PEDIR DISCULPAS
Los padres siempre tienen razón, incluso cuando están equivocados. Es difícil superar este tipo de educación, se necesitan muchos golpes psicológicos, crisis espirituales y honestidad personal para ello. Por eso muchos de nosotros evitamos mejorar como padres hasta que es demasiado tarde y nuestros hijos son demasiado mayores para agradecérnoslo.
Los niños deben educarse en una sociedad mucho más compleja y peligrosa que aquella en la que fueron educados sus padres. Para aguantar y superar estos desafíos, los niños tienen que estar seguros de sí mismos.
Tenemos que olvidar la creencia de que pedir disculpas a los hijos implicará que somos demasiado blandos o que ellos tendrán un carácter débil. El mundo necesita más personas fuertes pero benevolentes. Los buenos padres lo consiguen y ésa es una razón por la cual sus hijos se elevarán por encima de la norma cuando sean adultos. Los padres que creen que la única manera de educar bien a sus hijos es tener un control absoluto sobre ellos casi nunca piden disculpas por haber cometido alguna ofensa. Los padres que necesitan mantener el control a toda costa son ciegos con respecto a su propio sentido de la irresponsabilidad. Antes o después, sus hijos aprenderán que sus padres carecen de credibilidad a pesar de las temibles muestras de enfado.
Negarse a pedir disculpas cuando uno se ha equivocado refleja una actitud paterna disfuncional. No vale disculparse si se utiliza como un truco para suavizar las cosas. Debe ser un acto sincero.
Disculparse puede enseñar a los hijos muchas lecciones importantes, al mismo tiempo que ayuda a mantener con ellos una relación sincera y realista. Aquí va una lista de lo que pueden aprender:
  • Aprenden que no tienen por qué tener siempre razón y que, aunque estén equivocados, siguen siendo buenas personas.
  • Aprenden que hay que admitir un error antes de poder corregirlo, y que corregir errores es importante.
  • Descubren que pedir disculpas es difícil, y que hay que ser fuerte para hacerlo.
  • Ven una muestra de sinceridad, que tal vez no vean en otra parte.
  • Aprenden que una buena familia repara los malos sentimientos que se producen entre sus miembros.
  • Aprenden la virtud de perdonar a los demás cuando pierden temporalmente el control.
  • Aprenden que la disculpa es una forma de reconocer que otra persona es digna de respeto.
  • Aprenden que no es necesario alimentar rencores porque uno se sienta culpable por algo que ha hecho. Todo el mundo empieza a odiar a la persona hacia la que alberga un sentimiento de culpa.
  • Aprenden a pedir disculpas a sus padres cuando les han ofendido, y a resolver sus remordimientos y su complejo de culpa.
Pedir disculpas a los niños cuando se les ha ofendido o tratado mal es el mejor método para mostrarles que son dignos de respeto. Los buenos padres tratan a sus hijos con más respeto que los padres normales, y es probable que sus hijos obtengan más éxito en este mundo tan complejo.
Piense en lo que hubiera sentido como hijo si sus padres hubiesen pedido disculpas por sus ofensas, en especial por las que todavía no se les ha perdonado. No cometa el mismo error con sus hijos.