La falta de motivación hacia los estudios, el conformismo y la mentalidad de autosatisfacción inmediata, son características comunes a muchos de los jóvenes de hoy en día. Esto hace que no se encuentren preparados para afrontar los cambios de la vida, y es por ello por lo que necesitan urgentemente aprender a ser más autónomos y resolutivos, pero… ¿cómo se adquieren esas habilidades?
1. La Inteligencia social: se refiere a la capacidad de relacionarse con los demás de forma asertiva, empática y constructiva. Está muy relacionada con la competencia de autonomía e iniciativa personal social y la competencia social y ciudadana.
2. La Proactividad y el pensamiento heurístico: consiste en la capacidad para afrontar los problemas de forma resolutiva, pasando del pensamiento a la acción y aprendiendo de cada fracaso. Está muy relacionada con la competencia de aprender a aprender y de nuevo, la autonomía e iniciativa personal.
3. La alta motivación de logro: tiene que ver con la búsqueda de la excelencia en todas las cosas que realizamos en nuestra vida, la capacidad de luchar por nuestros sueños y el compromiso con la tarea. Todo esto está muy relacionado con las competencias ya mencionadas, pero además, con el resto de las mismas, ya que, en la medida en que la persona domine un mayor número de habilidades, tenderá a fijarse metas más altas.
4. La Autonomía personal: significa ser capaz de valerse por uno mismo y aprender a hacerse responsable de todo lo que se hace cada día, es decir: asumir el papel de protagonista en la película de la vida, de "su vida". Esta habilidad, como la anterior, está íntimamente relacionada con todas las competencias y depende en gran medida de que nuestros hijos posean una autoestima fuerte y sana.
Veamos algunas estrategias para construir una personalidad resiliente
- Proveer amor incondicional y construir un apego seguro.
- Expresar frecuentes muestras de cariño de forma verbal y no verbal.
- Educar con disciplina positiva
- Enseñar estrategias de autocontrol.
- Predicar, uno mismo, con un comportamiento resiliente.
- Utilizar refuerzos sociales.
- Proporcionar oportunidades para aprender a ser responsable.
- Comunicarse utilizando la escucha empática.
- Ayudar a afrontar los problemas de forma original y divergente.
Si queremos que nuestros hijos y alumnos no se desmoronen cuando encuentran un problema y no pasen a formar las listas de las estadísticas de personas con trastornos de tipo emocional, alteraciones alimenticias, depresión, suicidios, gastritis, etc, etc, lo mejor es enseñarles a resolver problemas a tener una actitud de lucha frente a las situaciones que se les presente.
Recuerden... ".... vienen a través de nosotros pero no son de nosotros...."
Podemos enseñarles como vivir la vida, pero no podemos vivir su vida por ellos....
Ánimo la tarea no es tan sencilla, pero con mucho amor y compromiso tendremos jóvenes fortalecidos y adultos seguros y estables emocionalmente.
