Programación Neuro-Lingüística

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PNL es una metodología.
PNL es una tecnología,
con resultados sorprendentes.
¡¡BIENVENIDOS!!

jueves, 11 de noviembre de 2010

HIJOS OBEDIENTES USANDO PNL

La Programación Neurolingüística es una herramienta muy útil en le manejo de las relaciones humanas, como padres, nos enfrentamos a una aventura: conocer a nuestros hijos, comprenderlos y educarlos.
Sin embargo en un sin número de ocasiones sean nuestros hijos grandes o pequeños la queja de muchos padres es “MI HIJO NO OBEDECE”, “ QUE HAGO PARA QUE SEA OBEDIENTE”, “ TENGO QUE PEDIRLE QUE HAGA ALGO MÁS DE UNA VEZ PARA QUE LO REALICE”….
Y justamente son estas situaciones las que generan conflicto, las que hacen que muchas veces reaccionemos frente a nuestros hijos de manera inadecuada: gritos, insultos y hasta golpes.
Ahora vamos a proponer una serie de estrategias que puedes como papá o mamá aplicar con tu hijo para ayudarle a ser más obedientes y obviamente a evitar los conflictos, el ejercicio está propuesto desde una técnica de la PNL que se llama “LAS TRES POSICIONES”
1. Por un momento en tu casa, encuentra un lugar tranquilo donde no seas molestado.
2. Piensa en un evento en el cual la conducta de desobediencia de tu hijo se haya dado puede ser que esta conducta sea recurrente).
PRIMERA POSICIÓN: Proyecta la película del evento que pensaste, pero hazlo desde tu propio punto de vista de padre, reviviendo el hecho tal y como sucedió; en qué lugar se encuentran, cuál es la dinámica que se da, qué palabras se dicen, cómo ves a tu hijo y qué sientes al ver a tu hijo actuando de esta manera. Procura ser lo más detallado posible mientras “Proyectas la película”, ponle color, escucha las voces, siente las emociones que se generan en ese instante. Cuando hayas terminado de proyecta la película RESPIRA PROFUNDO
SEGUNDA POSICIÓN: Vuelve a revivir la situación, pero esta vez, desde la posición de tu hijo, métete en sus zapatos (si cambias de posición al frente de donde estaba es más fácil). Antes de pasar la película examina a tu hijo, fíjate en la postura que tiene, su respiración, sus movimientos, el tono de su voz. Ahora introdúcete en tu hijo. Tómate el tiempo necesario para lograrlo. Ahora, pasa la película y observa cómo te ve tu hijo, cómo te escucha tu hijo, qué piensa tu hijo de esta situación, qué siente él en este momento. ¿Notas algo que él necesite o desee y que no te habías dado cuenta? ¿Qué puedes aprender de tu hijo? ¿Qué notas de su conducta como padre al estar en los zapatos de tu hijo? Si te percatas que parte de tu propia conducta parece inadecuada, exagerada desde el punto de vista de tu hijo, siéntete satisfecho de haber obtenido información útil y nueva. Recuerda que mientras estás proyectando la película desde la posición de “tu hijo”, debes hacerlo lo más vívido posible; mira todo el lugar, mírate a ti mismo al frente desde los ojos de tu hijo, escucha las palabras que le dices y escucha a tu hijo desde su voz, siente los sentimientos que se generan en tú hijo y siente como él se siente al verte a ti. Una vez que hayas terminado de proyectar la película desde la posición de tu hijo, RESPIRA PROFUNDO.
TERCERA POSICIÓN: Revive ahora esta situación como "observador", proyectando la misma película, pero esta vez en una posición neutral que te permita verte tanto a ti como padre, como a tu hijo simultáneamente, como si fuera una película ajena. Ahora, desde esta posición de análisis, qué puedes aprender, observa y escucha, qué puedes ver con más nitidez acerca de ti y de tu hijo, qué recurso como padre necesita el protagonista para que esta situación ya no se repita. ¿Tranquilidad, tolerancia, paciencia, flexibilidad, comprensión? Al darte cuenta del recurso que necesitas para que ya no se siga repitiendo esta situación, métete otra vez a la: PRIMERA POSICIÓN
Desde tu posición de padre, revive otra vez esa situación pero llevando contigo el recurso que te hace falta. Respira profundo y ve qué cambios empiezan a suceder en ti y en tu hijo.
La mayoría de los padres obtienen una gran cantidad de información valiosa después de convertirse en su hijo, al pasar a la tercera posición. Puede que tengas una nueva sensación, que antes no tenías, de lo que tu hijo siente o desea.
Es conveniente realizar esta actividad varias veces, pero solamente la tercera posición y la primera del final. Así se irá haciendo una “nueva programación” en tí, ya que le estás enseñando a TU mente otra manera de actuar ante la misma situación.
Adelante anímate a experimentar un cambio en la relación con tus hijos!!!
Con afecto

Dra. Elizabeth Montenegro G.

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