Programación Neuro-Lingüística

PNL es una actitud
PNL es una metodología.
PNL es una tecnología,
con resultados sorprendentes.
¡¡BIENVENIDOS!!

jueves, 25 de noviembre de 2010

RELACIONES PADRES E HIJOS USANDO PNL

En algunas ocasiones las relaciones padres e hijos (sobre todo si estos son adolescentes), se parecen a un encuentro de boxeo donde se libra una batalla de opiniones y respuestas en la que el más hábil saldrá victorioso. Cuando te tomas a tu hijo como tu oponente, se crea mucha resistencia y esto provoca tensión entre las dos partes. Es mucho más adecuado si no disientes, ni te opones a tu hijo, sino detectas donde está la resistencia y diriges la comunicación hacia donde él se siente cómodo.
Hay dos puntos importantes que tomar en cuenta cuando se presenta un conflicto con los hijos. Una es la calidad en tu comunicación y la otra es el por qué de la disputa. No importa qué tipo de problema te toque atender (puede ser desde el arreglo de la habitación, que le prestes el automóvil, o las notas de su reporte mensual), la forma como se le enfrenta y se inicia la comunicación debe ser sin resistencia. Desde este momento se debe construir una relación de confianza y seguridad para que tu hijo tenga la oportunidad de valorar en realidad si el conflicto que se ha generado merece la pena convertirse en una “batalla real” o si es posible dialogarlo y llegar a un acuerdo.
Antes de continuar con el tema de la comunicación desde el punto de vista de PNL es importante tener en cuenta que el TERRITORIO es muy importante para saber actuar asertivamente.
Cuando la comunicación se sitúa en tu lugar de padre, en tu territorio, tu habitación, el estudio, la sala, obviamente te sentirás con mayor seguridad y fuerza para el diálogo que si acudes fuera de tu territorio a “un lugar desconocido” (que puede ser el dormitorio de tu hijo, por ejemplo)
Cuando sales de tu territorio, hay mayor estrés debido a que tu hijo estará distraído por “sus cosas” u otros asuntos y TU será parte de la lista de asuntos que atender, más no la prioridad. Lo peligroso en este momento es que te sientas inseguro, menospreciado con baja auto estima y para protegerse actúa con agresividad que arruine la comunicación, piensa en palabras que si no las has dicho tal vez las escuchaste cuando eras adolescente:….”en esta casa mando yo”, “aquí se hace lo que yo digo”, “porque yo lo ordeno”……y la lista puede continuar……
Al estar con tu hijo, dale espacio y no invadas su círculo de seguridad, en promedio cada persona necesita por menos unos 30 cms de espacio alrededor, otras personas requieren de más espacio. Algunos padres que quieren ser muy amables se acercan demasiado, e invaden el espacio vital. Esto los hace sentirse acorralados y sofocados. Esta es una forma de presión que algunos chicos no soportan y salen huyendo. A veces es necesario dar un paso atrás para que no se sientan invadidos, sobre todo cuando estamos en “su territorio”.
Vamos a nombrar algunos consejos desde el punto de vista de PNL que te pueden ayudar a mejorar tus capacidades de comunicación, con tus hijos sobre todo si se presentan conflictos:

Para que el diálogo tenga éxito debes establecer una relación genuina entre tú y tu hijo, una relación de confianza y flexibilidad que debe partir de tí.
El poder de la observación va a ser muy útil en este proceso. Cualquier comportamiento del ser humano está estructurado de una manera específica. Algunas de estas estructuras son el sistema de claves oculares que son brevemente:
Arriba visualiza
A los lados escucha
Abajo a la derecha está en sensaciones
Abajo a la izquierda está en diálogo interno
Y los sistemas representacionales En ambos sistemas nos estamos refiriendo al dominio que tiene tu hijo de ver, escuchar y/o sentir.
Prácticamente todos tenemos esas funciones, sin embargo lo que nos hace únicos y diferentes es la forma como las secuenciamos y cual es más dominante en nosotros.
Cuando tu hijo está en contacto contigo y sobre todo en una situación de conflicto, es importante observar donde está él, si está observando, escuchando o sintiendo…. ¿Necesita tu hijo tocar o moverse? Cuando tu hijo reflexiona, ¿qué está haciendo mentalmente? Y para tomar una decisión ¿qué necesita para tener la confianza y dar paso al diálogo?
Aunado a la observación en cuanto a sus claves oculares y darse cuenta si prefiere ver, escuchar o sentir, también es importante verificar si el lenguaje y tono de voz son congruentes con su propia secuencia.
La persona que tiene una secuencia principalmente visual tenderá a hablar con mayor rapidez que el buen escuchador que cuidará sus palabras al hablar o el kinestésico que estará más enfocado en las sensaciones y por lo tanto su velocidad al hablar será aun menor que los otros dos.
Si quieres lograr confianza genuina con tu hijo, es importante observar cómo funciona él para así entrar en su misma frecuencia y de esa manera entenderse. Si tú eres visual y tiendes a hablar con rapidez y te enfrentas a un kinestésico, debes tener calma y paciencia y hablarle con mayor detenimiento para que tu hijo pueda asimilar la información. Generar empatía con la velocidad de su lenguaje y la manera de ver las cosas será muy favorable para iniciar esta relación de confianza.
Otro punto importante es que la persona visual que muestra sus claves oculares correspondientes, y habla con rapidez, también va a tener un lenguaje muy preciso con expresiones visuales. La estructura está entrelazada y esto te dará una pista más de como puedes tratarlo. La persona visual seguramente contendrá en su comunicación palabras con matices visuales como "quisiera ver", "yo observo mientras tú me enseñas", "sí, ya veo", y preguntas sobre lo que están viendo. El auditivo será más cauteloso en su forma de hablar, sin embargo igual escogerá palabras que lo delatarán como una persona que escucha con calma. Esta persona igualmente ligará el lenguaje con esa parte que predomina en él. Usará términos auditivos como "te escucho, prosigue", "me puedes explicar ", "dime como puede pasar esto". Y la persona kinestésica hará lo mismo con su lenguaje, podrá incluir algo así: "quiero ver si es cómodo", "lo podemos probar", "es práctico y ligero".
Al escuchar las diferentes formas de expresarse, lo importante es olvidarse un poco de cómo me expreso yo y entrar en la frecuencia de la otra persona. Si ti hijo está interesado en una explicación, me voy a la explicación. Si tu hijo quiere tocar y sentir, hay que darle gusto. Y muy importante usar el mismo tipo de palabras que usa tu hijo. Porque las mismas palabras tendrán el sentido que le da tu hijo y palabras similares no siempre tienen el mismo sentido para las personas. Si usas términos visuales, hay que repetirlos pues eso lo va a entender mejor que si se utilizan otras. Al cambiar las palabras ya no tienen el mismo sentido y se sale de la frecuencia de tu hijo Para lograr esto es necesario estar muy alerta y con mucha concentración para seguir a tu hijo con sus patrones lingüísticos.
A estas técnicas de empatizar con el hijo en cuanto a su forma de valorar el mundo externo, si es visual, auditivo o kinestésico, de igualar la velocidad de su forma de hablar, corresponder a su lenguaje con las mismas palabras se le llama ACOMPASAR. Pruébalo y verás que tu hijo se sentirá muy a gusto contigo. Hacer esto como entrenamiento te llevará a instalar un programa automático donde lo podrás hacer sin pensar porque tu mente ya aprendió lo que hay que hacer en cada situación.

Espero sinceramente que estos consejos ayuden a formarte en esa ardua labor de ser padres y te guie en la formación de HIJOS FELICES.
Con afecto,

Dra. Elizabeth Montenegro G.

jueves, 11 de noviembre de 2010

HIJOS OBEDIENTES USANDO PNL

La Programación Neurolingüística es una herramienta muy útil en le manejo de las relaciones humanas, como padres, nos enfrentamos a una aventura: conocer a nuestros hijos, comprenderlos y educarlos.
Sin embargo en un sin número de ocasiones sean nuestros hijos grandes o pequeños la queja de muchos padres es “MI HIJO NO OBEDECE”, “ QUE HAGO PARA QUE SEA OBEDIENTE”, “ TENGO QUE PEDIRLE QUE HAGA ALGO MÁS DE UNA VEZ PARA QUE LO REALICE”….
Y justamente son estas situaciones las que generan conflicto, las que hacen que muchas veces reaccionemos frente a nuestros hijos de manera inadecuada: gritos, insultos y hasta golpes.
Ahora vamos a proponer una serie de estrategias que puedes como papá o mamá aplicar con tu hijo para ayudarle a ser más obedientes y obviamente a evitar los conflictos, el ejercicio está propuesto desde una técnica de la PNL que se llama “LAS TRES POSICIONES”
1. Por un momento en tu casa, encuentra un lugar tranquilo donde no seas molestado.
2. Piensa en un evento en el cual la conducta de desobediencia de tu hijo se haya dado puede ser que esta conducta sea recurrente).
PRIMERA POSICIÓN: Proyecta la película del evento que pensaste, pero hazlo desde tu propio punto de vista de padre, reviviendo el hecho tal y como sucedió; en qué lugar se encuentran, cuál es la dinámica que se da, qué palabras se dicen, cómo ves a tu hijo y qué sientes al ver a tu hijo actuando de esta manera. Procura ser lo más detallado posible mientras “Proyectas la película”, ponle color, escucha las voces, siente las emociones que se generan en ese instante. Cuando hayas terminado de proyecta la película RESPIRA PROFUNDO
SEGUNDA POSICIÓN: Vuelve a revivir la situación, pero esta vez, desde la posición de tu hijo, métete en sus zapatos (si cambias de posición al frente de donde estaba es más fácil). Antes de pasar la película examina a tu hijo, fíjate en la postura que tiene, su respiración, sus movimientos, el tono de su voz. Ahora introdúcete en tu hijo. Tómate el tiempo necesario para lograrlo. Ahora, pasa la película y observa cómo te ve tu hijo, cómo te escucha tu hijo, qué piensa tu hijo de esta situación, qué siente él en este momento. ¿Notas algo que él necesite o desee y que no te habías dado cuenta? ¿Qué puedes aprender de tu hijo? ¿Qué notas de su conducta como padre al estar en los zapatos de tu hijo? Si te percatas que parte de tu propia conducta parece inadecuada, exagerada desde el punto de vista de tu hijo, siéntete satisfecho de haber obtenido información útil y nueva. Recuerda que mientras estás proyectando la película desde la posición de “tu hijo”, debes hacerlo lo más vívido posible; mira todo el lugar, mírate a ti mismo al frente desde los ojos de tu hijo, escucha las palabras que le dices y escucha a tu hijo desde su voz, siente los sentimientos que se generan en tú hijo y siente como él se siente al verte a ti. Una vez que hayas terminado de proyectar la película desde la posición de tu hijo, RESPIRA PROFUNDO.
TERCERA POSICIÓN: Revive ahora esta situación como "observador", proyectando la misma película, pero esta vez en una posición neutral que te permita verte tanto a ti como padre, como a tu hijo simultáneamente, como si fuera una película ajena. Ahora, desde esta posición de análisis, qué puedes aprender, observa y escucha, qué puedes ver con más nitidez acerca de ti y de tu hijo, qué recurso como padre necesita el protagonista para que esta situación ya no se repita. ¿Tranquilidad, tolerancia, paciencia, flexibilidad, comprensión? Al darte cuenta del recurso que necesitas para que ya no se siga repitiendo esta situación, métete otra vez a la: PRIMERA POSICIÓN
Desde tu posición de padre, revive otra vez esa situación pero llevando contigo el recurso que te hace falta. Respira profundo y ve qué cambios empiezan a suceder en ti y en tu hijo.
La mayoría de los padres obtienen una gran cantidad de información valiosa después de convertirse en su hijo, al pasar a la tercera posición. Puede que tengas una nueva sensación, que antes no tenías, de lo que tu hijo siente o desea.
Es conveniente realizar esta actividad varias veces, pero solamente la tercera posición y la primera del final. Así se irá haciendo una “nueva programación” en tí, ya que le estás enseñando a TU mente otra manera de actuar ante la misma situación.
Adelante anímate a experimentar un cambio en la relación con tus hijos!!!
Con afecto

Dra. Elizabeth Montenegro G.

martes, 9 de noviembre de 2010

CINCO PRINCIPIOS PARA SER MEJORES PADRES

Con el aumento de los divorcios, separaciones, madres solteras y las familias en las que el padre y la madre trabajan fuera de casa, el tiempo que queda para los hijos es muy escaso. Aun así,  independientemente del ritmo de trabajo o de la situación vital de cada miembro de la familia, es posible ser mejor padre de lo que se es. Siempre tenemos tiempo para cambiar y mejorar.
Ser mejor padre aunque no sea sencillo, puede conseguirse siguiendo unos pocos principios que hay que poner en práctica a diario:
  • PRINCIPIO 1: No te involucres en luchas de poder de las que es probable que nadie salga victorioso.
  • PRINCIPIO 2: Di cosas agradables a sus hijos de vez en cuando, sobre todo si no se lo esperan.
  • PRINCIPIO 3: Es importante ser raro. No deje que los hijos piensen que son más raros que sus padres.
  • PRINCIPIO 4: No haga cosas por sus hijos que ellos sean capaces de hacer por sí mismos, a menos que esté seguro de que le devolverán el favor.
  • PRINCIPIO 5: Hay que tener una autoestima alta. Si el padre no la tiene, sus hijos tampoco.
  • PRINCIPIO 6: Aprenda a pedir disculpas cuando no cumpla sus propias cuotas de exigencia al tratar a sus hijos.
LUCHAS DE PODER
Las luchas de poder se producen cuando alguien cree que ha perdido autoridad y quiere recuperar la sensación de control. Traen como resultado sentimientos negativos y es bastante difícil llegar a una solución satisfactoria, si no imposible. Los padres pretenden controlar a sus hijos y luego se sienten culpables por haber perdido la paciencia. Los niños se enfadan, se deprimen y fantasean sobre la manera de retomar el control sobre sus padres.
La sensación de pérdida de poder comienza a menudo a una edad temprana, y los padres que han experimentado esa sensación suelen transmitírsela al menos a uno de sus hijos, probablemente a aquel que tiene rasgos de carácter parecidos y que al padre no le gustan. Por tanto, los padres pueden evitar las luchas de poder siendo sinceros sobre lo que no les gusta de sí mismos. Comprenderse a sí mismo a través de la conciencia de uno mismo mejora nuestra labor como padres.
Para resolver las luchas de poder tome nota de los siguientes consejos:
1. Haga preguntas en lugar de órdenes.
2. Tenga un lugar donde esconderse cuando se desencadene una lucha de poder.
3. Proporcione a su hijo más de una opción para elegir.
4. La persona a quien usted tiene que controlar es a sí mismo, no a su hijo.
5. Soltar una carcajada en mitad de una lucha de poder consigue pararla.
Enfrentarse a una lucha de poder de manera inteligente es el primer paso para convertirse en mejor padre.
CÓMO ALABAR Y CRITICAR A LOS NIÑOS
Las alabanzas y las críticas son juicios que una persona emite sobre otra. Saber comunicar dichos juicios mejorará la labor de los padres y su relación con sus hijos.
Elogiar al niño cuando él se lo espera sólo demuestra que el padre está haciendo lo que "debe" hacer un buen padre. Cuando el niño muestra un trabajo que ha hecho en el colegio y que él cree que es maravilloso, busca los elogios para reforzar sus propios sentimientos. Está bien concedérselos, pero es su propia opinión la que debe guiarle, no el juicio de los padres.
Cuando el niño sabe que ha hecho algo mal y no puede evitar que los padres lo descubran, la crítica y el castigo posterior ya se han formado en su mente, aunque todavía los padres no hayan intervenido. El niño sabrá cuando ha hecho algo mal si ha aprendido a juzgar sus propias actuaciones.
Decir cosas agradables a los niños cuando no se lo esperan tendrá un efecto duradero.
Es importante que el niño sepa que los sentimientos de su padre son positivos porque su opinión general de la vida es importante para él, aunque actúe como si no lo fuera. Por ejemplo, algunas de las cosas agradables que decir:
  • Se puede decir algo agradable sobre una característica personal favorable del niño para demostrarle que uno no siempre tiene que hacer algo para merecer elogios.
  • Se puede decir algo agradable sobre algo que haya hecho el niño, mostrándole que una buena actitud es una fuente de sensaciones gratas.
  • Se puede decir algo agradable de uno mismo para mostrar que la autoestima positiva es buena. Se le está diciendo con ello al niño que es posible sentirse bien con uno mismo sin buscar continuamente la aprobación de los demás.
  • Se puede decir algo agradable sobre otras personas para mostrar que está bien tener buenos pensamientos hacia los demás aunque no estén presentes.
  • Se puede decir algo agradable sobre un árbol, una puesta de sol o el color de un edificio para mostrar que es bueno obtener satisfacción de las experiencias cotidianas.
  • Se puede decir algo agradable sobre algo o alguien que también posea características que no nos gustan, para mostrar que la vida no es solo blanco y negro, y que bueno y malo a menudo van unidos.
Decir algo agradable no es necesariamente una alabanza, pero muestra que se tiene una actitud positiva, lo cual es muy necesario para los padres. Comunica una visión positiva de la vida que se transmitirá al niño.
LA IMPORTANCIA DE SER RARO
La mayoría de los niños creen que tiene algo raro, suelen llegar a la conclusión de que son diferentes de los otros niños cuando empiezan la escuela. Una vez que el niño se da cuenta de que es raro, esto se convierte en un problema para él. Algunos niños nacen raros, y otros se convierten en raros debido a su educación. Les ocurren cosas tan extrañas e impredecibles que si sus padres también son un poco raros, podrán soportar mejor su propia rareza.
Con raro me refiero a un padre que es espontáneo. Un padre que de repente hace lo contrario de lo que espera su hijo. Un padre raro es aquel que no teme parecer tonto a los ojos de su hijo ni ponerse a su propio nivel y "actuar como un niño". Ser raro es otra forma de reforzar los lazos entre padres e hijos. Los buenos padres establecen vínculos muy fuertes con sus hijos, aunque para ello tengan que renunciar al control absoluto.
Los padres raros tienden a respetar lo que les convierte en raros. Puede tratarse de un talento, un interés o una actitud por la que sienten pasión. Demuestran un compromiso con sus ideas que va más allá de lo normal. La pasión que sienten los padres por sus intereses es a menudo comunicada a sus hijos, que aprenden que apasionarse por algo no sólo es posible sino deseable. A una edad en que es raro adquirir fuertes compromisos, aprender esta lección puede ayudar a alguien a ser un hombre de éxito, porque los grandes logros suelen ser el resultado de una entrega apasionada.
A continuación les daremos algunas normas sobre cómo ser raros:
  • Hay que encontrar tiempo para expresar pasión por algún interés en particular.
  • El comportamiento de los padres no debe guiar el futuro del niño tanto como la vida interior, las intenciones, deseos y sentimientos de los padres.
  • Hay que decir o hacer cosas de vez en cuando que el niño no espera.
  • Hay que pasar mucho tiempo con los hijos a solas.
  • Hay que hablar con los hijos de cosas que interesen al padre, aunque aquellos parezcan no entender de qué se está hablando.
  • Hay que defender sus ideas con fuerza pero no exija que los niños tengan las mismas opiniones.
  • No hay que ridiculizar algo que su hijo se toma muy en serio.
  • Hay que tener alguna actividad creativa que su hijo le vea desempeñar.
  • Hay que dejar que sus hijos vean sus sentimientos. No tienen porqué ser necesariamente positivos. La rabia, la indignación y la confusión son emociones a las que su hijo debe aprender a enfrentarse.
  • Hay que entender que el proceso de crecimiento es irregular, episódico e incoherente. Ninguno de sus hijos tendrá un proceso de desarrollo perfecto. No se preocupe.  Cuando el padre se gusta a sí mismo, los niños también acabarán gustándose antes o después.
ENSEÑAR A LOS HIJOS A HACER LAS COSAS POR SÍ MISMOS
Cuando los padres creen que deben hacerlo todo por sus hijos, tal vez los niños no aprendan a ser responsables por sí mismos. Los buenos padres son aquellos que hacen menos cosas por sus hijos, dejándoles asumir responsabilidades a ellos. Este es un ejemplo en que menos es más.
Los padres con demasiadas ganas de ayudar se arriesgan a incapacitar emocionalmente a sus hijos. El meollo de la cuestión es que los padres arrebatan el poder a sus hijos cuando hacen por ellos cosas que ellos pueden y deben hacer por sí mismos. La ayuda debe ofrecerse cuando ha sido previamente solicitada y debe ir dirigida a ayudar al niño a utilizar sus propios recursos para solucionar el problema. Si los niños dicen que necesitan ayuda, la pregunta que hay que hacer es: ¿Qué te gustaría que hiciera yo? Los niños que han pedido ayuda otras veces ofrecerán una respuesta razonable. Los niños a los que se les ha prestado demasiada ayuda tienen problemas para contestar porque no han analizado lo que necesitan para poder identificar los recursos que ellos mismos no poseen. Si el padre es selectivo a la hora de prestar ayuda, el niño aprenderá a tener más recursos.
Los buenos padres dan oportunidades a sus hijos para que aprendan a pedir ayuda y a controlar su capacidad para soportar la frustración, a la vez que aguantan su propio desasosiego cuando ven a sus hijos intentando solucionar un problema que les supera.
LA AUTOESTIMA DEL PADRE ES MUY IMPORTANTE
La mayoría de los buenos padres se preocupa por la autoestima de sus hijos y estarán dispuestos a hacer cualquier cosa para fomentarla. Casi siempre tendrán que aumentar primero la suya propia. La autoestima podríamos definirla como la experiencia de andar por la vida con un sentimiento de bienestar y satisfacción. Por la tanto la mejor manera de aumentar la autoestima es buscar más experiencias que produzcan bienestar y satisfacción.
Para sentirse satisfecho como padre, hay algunos sentimientos básicos que hay que procurar experimentar:
  • Hay que procurar divertirse.
  • Hay que confiar en que sus hijos estén sanos y sean felices.
  • Hay que creer que los demás le respetan a uno como padre.
  • Hay que sentirse satisfecho con el trabajo que se realiza.
  • Hay que luchar contra el exceso de ansiedad.
  • Hay que creer que los hijos agradecen las contribuciones de los padres a sus propios triunfos.
Encontrar formas para experimentar más satisfacción en la vida familiar y en la labor de padres no es ningún misterio. Los buenos padres tienden a hacer cosas que la mayoría de los padres no hacen. Seguidamente les enumeraré una lista de sugerencias que han funcionado con otros padres. Si funcionan en su caso particular, su autoestima aumentará porque obtendrá más placer y satisfacción en su propia casa.
  • Pase tiempo a solas con cada uno de sus hijos siempre que pueda para que no le distraigan las necesidades de los otros miembros de la familia.
  • Tenga cofres con llave para cada miembro de la familia (incluido usted mismo) para que los "tesoros" privados de cada uno estén a salvo de la curiosidad de los demás.
  • Pase tiempo todas las semanas a solas con su esposa/o, sin niños ni otras distracciones.
  • Permita que la casa esté desordenada durante el día, mientras todos estén cumpliendo con sus obligaciones pero exija que participen luego de la limpieza por las noches. Al fin y al cabo, la casa es de todos.
  • Tenga siempre algo disponible para comer que guste a su familia porque la comida es un factor importante de seguridad.
  • Aprenda a planificar para no desaprovechar las oportunidades satisfactorias por la aparición de acontecimientos imprevistos.
  • Establezca tradiciones familiares cada semana, mes o año.
  • Eche a todos los demás de casa de vez en cuando para tener la sensación de que su casa es su castillo.
  • Si no tiene amigos, consiga algunos rápidamente. A largo plazo, no se puede depender de la familia para satisfacer todas las necesidades sociales.
  • Tenga un calendario en la cocina para establecer una valoración de cada día. Defina su propia escala. Esto le obligará a evaluar la calidad de cada día y a encontrar maneras de mejorar.
  • Divida sus metas en etapas para que avance todos los días en la dirección adecuada.
  • Si prefiere no enfrentarse a miembros de la familia verbalmente sobre algo que le molesta, déjeles notas.
  • Escoja un día cada dos semanas y propóngase no gritar durante todo el día.
  • Desarrolle su propia lista de cosas que puede hacer para aumentar su autoestima.
  • Aprenda a decir "no".
APRENDA A PEDIR DISCULPAS
Los padres siempre tienen razón, incluso cuando están equivocados. Es difícil superar este tipo de educación, se necesitan muchos golpes psicológicos, crisis espirituales y honestidad personal para ello. Por eso muchos de nosotros evitamos mejorar como padres hasta que es demasiado tarde y nuestros hijos son demasiado mayores para agradecérnoslo.
Los niños deben educarse en una sociedad mucho más compleja y peligrosa que aquella en la que fueron educados sus padres. Para aguantar y superar estos desafíos, los niños tienen que estar seguros de sí mismos.
Tenemos que olvidar la creencia de que pedir disculpas a los hijos implicará que somos demasiado blandos o que ellos tendrán un carácter débil. El mundo necesita más personas fuertes pero benevolentes. Los buenos padres lo consiguen y ésa es una razón por la cual sus hijos se elevarán por encima de la norma cuando sean adultos. Los padres que creen que la única manera de educar bien a sus hijos es tener un control absoluto sobre ellos casi nunca piden disculpas por haber cometido alguna ofensa. Los padres que necesitan mantener el control a toda costa son ciegos con respecto a su propio sentido de la irresponsabilidad. Antes o después, sus hijos aprenderán que sus padres carecen de credibilidad a pesar de las temibles muestras de enfado.
Negarse a pedir disculpas cuando uno se ha equivocado refleja una actitud paterna disfuncional. No vale disculparse si se utiliza como un truco para suavizar las cosas. Debe ser un acto sincero.
Disculparse puede enseñar a los hijos muchas lecciones importantes, al mismo tiempo que ayuda a mantener con ellos una relación sincera y realista. Aquí va una lista de lo que pueden aprender:
  • Aprenden que no tienen por qué tener siempre razón y que, aunque estén equivocados, siguen siendo buenas personas.
  • Aprenden que hay que admitir un error antes de poder corregirlo, y que corregir errores es importante.
  • Descubren que pedir disculpas es difícil, y que hay que ser fuerte para hacerlo.
  • Ven una muestra de sinceridad, que tal vez no vean en otra parte.
  • Aprenden que una buena familia repara los malos sentimientos que se producen entre sus miembros.
  • Aprenden la virtud de perdonar a los demás cuando pierden temporalmente el control.
  • Aprenden que la disculpa es una forma de reconocer que otra persona es digna de respeto.
  • Aprenden que no es necesario alimentar rencores porque uno se sienta culpable por algo que ha hecho. Todo el mundo empieza a odiar a la persona hacia la que alberga un sentimiento de culpa.
  • Aprenden a pedir disculpas a sus padres cuando les han ofendido, y a resolver sus remordimientos y su complejo de culpa.
Pedir disculpas a los niños cuando se les ha ofendido o tratado mal es el mejor método para mostrarles que son dignos de respeto. Los buenos padres tratan a sus hijos con más respeto que los padres normales, y es probable que sus hijos obtengan más éxito en este mundo tan complejo.
Piense en lo que hubiera sentido como hijo si sus padres hubiesen pedido disculpas por sus ofensas, en especial por las que todavía no se les ha perdonado. No cometa el mismo error con sus hijos.